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¡LE DECIMOS! Cómo el Congreso de EEUU podría terminar decidiendo quién será el próximo presidente y vicepresidente de EEUU

Después de tres días de celebrarse las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la incertidumbre sobre el ganador todavía continúa, pues hay estados donde el conteo sigue y los márgenes entre ambos candidatos son muy cerrados.

AP / Andrew Harnik

Biden se aproxima a la Casa Blanca, con 253 votos electorales de los 270 necesarios para ganar, mientras Trump continúa detrás con 213, según las proyecciones de CNN.

Este jueves 5 de noviembre, el actual mandatario de ese país, Donald Trump, cuestionó en una rueda de prensa la legalidad de las elecciones presidenciales celebradas el pasado martes y criticó la efectividad de los votos por correo electrónico.

También recalcó que solo podría perder esos comicios por un “fraude electoral”, situación que ha recordado la crisis protagonizada en el año 2000 por George W. Bush y Al Gore por el recuento de votos en Florida. La Corte Suprema de Estados Unidos terminó dándole la victoria al entonces gobernador de Texas.

Están tratando de amañar unas elecciones y no podemos dejar que eso ocurra. (…) Nuestro objetivo es defender la integridad de las elecciones, por lo que no permitiremos a los corruptos que nos roben”, señaló Trump.

Esa postura ha acrecentado las interrogantes de que, luego de que se conozca al nuevo inquilino de la Casa Blanca, y en el caso de que no sea una continuación del gobernante, Trump reconozca una posible derrota ante su contrincante demócrata, Joe Biden.

Con el paso de los días, la campaña del gobernante ha introducido desafíos legales en varios estados, con el fin de que sus observadores puedan acceder a los conteos o denunciando otras irregularidades.

Lo que realmente importará serán los desafíos legales a los resultados oficiales (que plantee Trump), que pueden ser tantos que podrían prolongar la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones”, señaló a la agencia de noticias EFE Judith Kelley, decana y profesora de la escuela Sanford de Políticas Públicas de la Universidad de Duke.

Kelley aseguró que la ley norteamericana no exige a Trump ofrecer un discurso en el que acepte la derrota, pero las batallas legales podrían producir una crisis constitucional si llegan a influir “en las decisiones de los gobernadores sobre a quién enviar al colegio electoral”.

“Y si, en última instancia, puede haber decisiones contradictorias a nivel estatal entre gobernadores y legisladores estatales sobre qué resultados enviar al Congreso”, añadió.

Con la votación final en disputa, los estados con gobernadores demócratas, pero legislaturas republicanas, incluidas las regiones claves en el centro de la batalla, como Pensilvania, Carolina del Norte, Michigan y Wisconsin, posiblemente podrían acabar enviando dos grupos diferentes de los votantes del Colegio Electoral, señaló la revista Marie Claire, citando un estudio hecho por el experto en temas electorales, Edward B. Foley.

En ese caso, estos estados terminarían con dos conjuntos de votos electorales en competencia y, como presidente del Senado, el republicano y vicepresidente de Trump, Mike Pence, tendría la labor de esclarecer la situación.

Pence podría descartar ambos grupos de votos de esos estados en disputa, que ocasionaría que ninguno de los candidatos alcanzara los 270 votos electorales requeridos para ocupar la Casa Blanca. En ese escenario, los miembros del Congreso decidirían el presidente y vicepresidente.

La Cámara de Representantes votaría por el presidente, con la delegación de cada estado consiguiendo un dictamen compartido, y se requiere una mayoría simple de 26 votos para elegir. En el Senado, cada miembro obtiene un voto, con una mayoría simple de 51 votos necesarios para escoger. Si alguna de esas instancias no logra llegar a la mayoría, la situación podría complicarse todavía más, refiere Infobae.

Si el Senado elige un vicepresidente, pero la Cámara de Representantes no logra escoger a un presidente, el vicepresidente electo ejercerá como presidente hasta que se zanje el estancamiento.

Si ninguna de las instancias puede llegar a una resolución antes del 20 de enero, día de la toma de posesión, entonces empieza la línea de sucesión presidencial, y la titular de la Cámara de Representantes, actualmente Nancy Pelosi, actuará como presidenta hasta que se desate el nudo.

Redacción Maduradas con información de Infobae.

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