El pasado 11 de agosto el Tribunal I de Juicio en materia de Violencia de Género del Área Metropolitana de Caracas condenó a 29 años de cárcel a José Alberto Cedeño y José Zorrilla, dos de los siete implicados en el feminicidio de Ángela Aguirre.
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El cuerpo de la adolescente de 16 años de edad fue hallado en el balneario El Rey, en el río Caroní, tres días después de que fuera a celebrar el cumpleaños número 18 de José Alberto Cedeño a la isla La Terecaya.
La autopsia reveló que falleció por “asfixia mecánica por inmersión”. Además, tenía hematomas en varias partes de su cuerpo y signos de presunto abuso sexual.
Cedeño y José Zorrilla de 44 años de edad (padrastro de José Cedeño y dueño de la lancha), fueron arrestados junto a otras cinco personas el 27 de marzo de 2021 por estar involucradas en el asesinato de Aguirre.
En una entrevista ofrecida a El Cooperante, Cedeño contó detalles sobre lo que sucedió la noche del 23 de marzo de 2019 y aseguró que no hubo un “femicidio” porque “no tendría razones para hacerle daño a una de sus amigas más cercanas”.
Aunque el joven niega que haya asesinado a la adolescente, reconoció que cometió imprudencias que provocaron el hecho.
“Pienso que yo tenía que quedarme con ella flotando así con los chalecos, se hubiera hecho más fácil ayudarla, hubiésemos nadado, pero en un momento como ese, entre la desesperación, pierdes la noción de todo. Hoy yo me salvé y ella no, pero eso es lo que he lamentado desde entonces porque realmente hubiese preferido que fuera al revés, hubiese preferido ahogarme yo y no ella”, afirmó.
Cedeño relató que ambos ingresaron al río a nadar, donde se estaban “besando” mientras se dejaban llevar por la corriente del agua, pero hubo un momento en que él empezó a nadar porque sentía que se estaba “ahogando”, pese a sus esfuerzos, terminaba en el mismo lugar.
“Yo me estaba ahogando, estaba cansado y me faltaba oxígeno. Me di cuenta de que Ángela no estaba. Ellos me ayudaron y me sacaron del agua y yo les decía que Ángela venía atrás de mí, pero estaba mareado. Empezaron a buscarla y no la encontraron. No estaba. Eso pasó como a las 8:30 p.m. y era la 1:20 a.m. y todavía la estábamos buscando”, dijo.
Señaló que el equipo elite del Ministerio Público le indicó que los hematomas que tenía el cuerpo de Aguirre cuando la hallaron “eran golpes de digitopresión” y, además, afirma que existen irregularidades con la primera autopsia.
Desde su centro de reclusión, en el Rodeo II, situado en Guatire, estado Miranda, defiende su “inocencia”, ya que “no tendría por qué hacerle daño si era mi amiga”.
“Hoy yo me salvé y ella no, pero eso es lo que he lamentado desde entonces porque realmente hubiese preferido que fuera al revés, hubiese preferido ahogarme yo y no ella”, manifestó.
Redacción Maduradas con información de El Cooperante.
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