El truequeador surgió como alternativa en medio de la crisis que vive el país, se trata de un oficio informal mejor remunerado que un empleo estable que también puede verse como una práctica habitual de supervivencia.
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En el pasado las personas recurrían a los trueques para abastecerse de lo básico, cambiaban lo que tenían en exceso por lo que necesitaban, esta práctica en la actualidad se ha vuelto común, como ocurre en la parroquia La Vega, como lo constató el equipo de El Nacional.
Javier Rojas Machado, quien recurre a este oficio, explicó: “Hago trueque de aguacate y plátanos por artículos de comida, es mi trabajo diario. Me da más que un trabajo normal. Soy mi propia empresa, termino más rápido y no tengo jefe”.
Aseguró que gana entre 150.000 y 200.000 bolívares diarios si logra hacer dos viajes en un día, refiriéndose al traslado de la mercancía.
“Yo le vendo la comida a otro chamo, él la vende y me da una comisión. En una semana puedo hacer 50 dólares”, indicó.
Otra de las personas que subsiste con los trueques es Argenis Bolívar, quien tiene a su cargo a sus dos abuelos y por consiguiente un salario mínimo no le alcanza para mantenerlos.
“Un sueldo no te da, yo trabajaba en una empresa y renuncié para hacer esto”, manifestó.
Explicó que compra vegetales en el mercado de Catia y visita los barrios de Caracas para hacer trueques. Los artículos que obtiene los lleva a abastos donde los vende e incluso le hacen algunos pagos en dólares.
Elva Fuente, una vecina de la parroquia La Vega, explicó que ella espera a los truequeadores para cambiar los productos de las cajas CLAP: “Esos artículos son de mala calidad, prefiero cambiarlos por plátanos”.
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Redacción Maduradas con información de El Nacional.
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