Una nueva modalidad aplican los delincuentes en las unidades de transporte público. Se trata de una vacuna con un monto específico estipulado que deben pagar todos los pasajeros al momento de la solicitud y que va de 100 a 500 bolívares por persona.
Los hampones aseguran que no se trata de un atraco, se refieren al pago como una «colaboración», pero quien no pague el monto exigido podría enfrentar grandes consecuencias.
Neudys Reyes fue víctima de este nuevo modus operandi cuando se trasladaba a su casa en el sector Los Guaritos, en Maturín, en un autobús de la ruta 20.
“Tengo dos meses que salí de la cárcel de La Pica. Estuve allí porque maté al marido de mi mamá. Necesito la colaboración de ustedes. No acepto menos de Bs. 100, porque ahora la plata no alcanza pa’nada, así que les voy a pedir que se queden tranquilitos y me colaboren. Yo era azote de barrio y me dicen el ratón rabo largo”, contó Reyes que dijo el hombre que pedía la vacuna.
“Era trigeño y delgado, llevaba un bolso y un papel que mostró como una boleta de excarcelación”, recuerda la dama.
“El ratón rabo largo” pasó por los puestos exigiendo la entrega de dinero persona por persona; pero lo recolectado no cubrió las expectativas y por ello dio un segundo discurso que atemorizaría aún más a los pasajeros. “Por eso es que uno vuelve a robar, por gente como ustedes, que lo que dan es una miseria. Si yo tuviese un cuchillo o una pistola, de seguro sí me abren las carteras y me dan los celulares”, dijo molesto el antisocial.
“Yo me tuve que bajar nerviosa de un autobús de la ruta 23, porque un delincuente me exigió 200 bolívares, pero yo sólo tenía 50 y fue lo que le di. Se molestó y comenzó a insultarme y amenazarme. Antes de llegar a la parada me bajé corriendo y me fui. En el autobús nadie hizo nada, nadie me ayudó, el chofer estaba como si nada pasara”, relató Carmen Oropeza, otra víctima de esta nueva modalidad.
A Mariela Benítez también la sorprendieron “los charleros”, cuando iba hacia su casa en el sector Tipuro de Maturín, en la zona norte de la ciudad. “pidieron que colaborarán con 200 y 500 bolívares, porque si no nos la íbamos a ver feo”, explicó la joven, quien describió el mismo escenario vivido por la dama que iba hacia Los Guaritos.
“Dicen lo mismo, que los acaban de liberar de la cárcel, leen un supuesto prontuario y luego piden dinero. Si no les damos, nos amenazan; nos cobran una especie de vacuna. Lo peor de todo es que después de que se le entrega la plata, el sujeto espera unas cuadras más para bajarse y da las gracias”, indicó.
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Con información de El Pitazo.