Los medios de comunicación han perdido espacios en Venezuela durante los 22 años de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
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Un ejemplo emblemático es RCTV, la televisora cerrada en 2007 tras negársele la extensión de concesión.
Además, empresarios cercanos al chavismo compraron el canal Globovisión en 2013 que había servido como espacio para la oposición venezolana y el grupo editorial propietario de Últimas Noticias, mientras que al año siguiente adquirieron el periódico El Universal.
Con todo esto, las líneas editoriales cambiaron algo que ha conducido a la autocensura y el descontento.
El caso más reciente fue la entrega por parte de la justicia venezolana de la sede del diario El Nacional al dirigente chavista Diosdado Cabello, donde el gobierno inauguró una universidad de telecomunicaciones.
El medio aún sobrevive a través de su página web y sigue siendo crítico, ara el momento de la decisión ya había disminuido sus operaciones por falta de papel periódico.
«Pagamos el precio de no callarnos. No nos íbamos a doblegar», dijo el director de este medio, Miguel Henrique Otero.
Del mismo modo, explicó: «Ofrecieron comprarnos. Nos ofrecieron una cifra astronómica y la rechazamos».
Redacción Maduradas con información de El Nacional.
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