Venezuela, junto a cuatro países más de América Latina se alzaron con la medalla de la peor calificación en una década en cuanto a la violencia e intimidación que gobiernos y entes criminales ejercieron sobre sus periodistas, así lo denunció este miércoles Freedom House.
Al difundir su informe anual sobre 199 países, la organización defensora de la libertad de prensa con sede en Washington mantuvo entre las 65 naciones del orbe sin prensa libre a esos países latinoamericanos y conservó a Cuba entre los 10 países más represivos del mundo pese al reciente acercamiento de la isla a Estados Unidos.
Uruguay y Costa Rica continuaron siendo las dos únicas naciones latinoamericanas entre los 63 países con prensa libre, según el estudio.
Los 71 países con restricciones parciales a la libertad de prensa incluyeron a Chile, El Salvador, República Dominicana, Brasil, Bolivia, Perú, Panamá, Argentina, Nicaragua, Colombia, Paraguay y Guatemala.
Aunque permaneció entre los países con prensa libre, Estados Unidos desmejoró su calificación debido a los maltratos sufridos por periodistas que cubrían las protestas en Ferguson, Misuri, y porque el gobierno del presidente Barack Obama ha empleado ocho veces una ley de 1917 para formular cargos por presuntas filtraciones de información confidencial, más que todos los gobiernos previos juntos.
En cuanto a Venezuela, el ente documentó un aumento en las agresiones contra periodistas locales y extranjeros, falta de transparencia sobre los propietarios de medios importantes y las dificultades para obtener papel periódico, exacerbadas por las políticas económicas aplicadas por el gobierno de ese país sudamericano.
Freedom House dijo que además de que los periodistas sufren actos de violencia de parte de gobiernos locales y pandillas, México desmejoró su calificación debido a una nueva ley que permite al gobierno rastrear a usuarios de telefonía celular y monitorear o suspender telecomunicaciones durante protestas.
Perú también sufrió una desmejora en la evaluación debido a un incremento en las amenazas de muerte y violencia sufrida por los periodistas, una impunidad continua sobre crímenes anteriores y la ausencia de voluntad política para abordar el problema.
La organización dijo que la libertad de expresión en el ámbito global cayó el año pasado a su nivel más bajo en una década.
Con información de Yahoo!