El solo hecho de que los sectores adversos del país se hayan sentado a conversar la noche del jueves implica un éxito para el país, es la primera conclusión que se genera tras el resumen que hace Luis Vicente León, de la firma Datanálisis, del debate que por más de seis horas ocurrió en Miraflores. “Se abrió un espacio que es natural en cualquier dinámica democrática que hasta ahora era inexistente”.
La diputada María Corina Machado, una de las voces opositoras que no participó en el encuentro, prefiere que lo que sucedió la noche del jueves en Miraflores no se llame diálogo. “Es un debate televisado”, criticó. Una postura que comparte Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, quien cree que todavía falta mucho para que se logre concretar un diálogo estructurado.
Seijas cree preliminarmente que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) debió salir fortalecida ante la opinión pública por el desempeño de sus voceros, aunque cree que es necesario que en los próximos días se logre una victoria tangible, como la liberación del comisario Iván Simonovis. “Cada intervención de la MUD tenía su audiencia, su target. Henry Ramos Allup al radical, Julio Borges a los sectores D y E de la población, Omar Barbosa a A,B y C, el gobernador Henri Falcón al moderado y Henrique Capriles Radonski a todos los sectores”, dice.
León cree que, de entrada, el presidente Nicolás Maduro pareció no comulgar con la idea de amnistía. “Le tuvo miedo y con eso perdió una oportunidad de sorprender al país”. El analista estima positiva la participación de la MUD, incluso sin tomar en cuenta los logros posteriores del encuentro: “El próximo reto del diálogo debe ser incorporar a los otros sectores opositores y ver al gobierno tener un primer gesto concreto con la oposición”.
Chavismo descontento
El oficialismo, sin embargo, ya muestra sus fisuras. Ayer el Partido Comunista de Venezuela emitió un comunicado donde rechaza que de forma inconsulta se le fue quitado su derecho de palabra durante el encuentro, cuando estaba allí su representante Yul Jabour. “Rechazamos y condenamos estas prácticas de exclusión, e instamos a superarlas revolucionariamente”, dijo el secretario general del partido, Óscar Figuera.
El analista oficialista Nicmer Evans admitió ayer, en un texto publicado en el portal Aporrea, que la aceptación del diálogo es visto como un síntoma de debilidad del Gobierno dentro de algunos sectores radicales de la revolución. Temen, en todo caso, que se adelante un pacto de gobernabilidad y alternabilidad en el poder. “Cualquier asomo de un gobierno de conciliación activaría al sector extremista del chavismo, colocando a Venezuela en un abismo que generaría satisfacción sólo a aquellos sectores que responden a intereses trasnacionales”.
Con información de: La Verdad.