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Mujer en EEUU le prendió fuego a su hijo de ocho años porque hizo un desastre en la mesa mientras comía cereal

Kimberly Tyler, residente de Maryland y madre de 31 años de edad, ha sido sentenciada a 25 años de prisión, seguidos de cinco años de libertad condicional, después de haber prendido fuego a su hijo de 8 años como castigo por hacer un desorden en la mesa mientras desayunaba cereal.

Oficina del Fiscal Estatal del Condado de Montgomery

El incidente tuvo lugar en mayo de 2020, cuando Tyler optó por castigar a su hijo aplicándole alcohol en la mano y luego prendiéndole fuego. Las llamas se propagaron desde su torso hasta su cabeza, según informó la Oficina del Sheriff del condado de Montgomery.

El niño sufrió quemaduras de tercer grado en el brazo, el pecho y el cuello, así como quemaduras de primer y segundo grado en la cara y la parte superior del cuerpo, según lo informado por Law&Crime. Los fiscales indicaron que aproximadamente el 25% de su cuerpo resultó quemado.

“Esto fue uno de los peores que hemos visto en lo que respecta a casos de abuso infantil. El nivel de daño causado por alguien en la máxima posición de confianza, la madre del niño, es insondable. Nuestros corazones están con la joven víctima y con aquellos a quienes ahora se les ha confiado su cuidado”, dijo el fiscal estatal John McCarthy en un comunicado.

Tras el incidente, en lugar de llamar al 911, Tyler contactó a sus padres, quienes intentaron tratar las quemaduras del menor. Sin embargo, la mujer ignoró las súplicas de sus padres durante semanas para llevar al niño al médico.

“Tenía gente en su casa y fumaba y bebía”, escribieron los fiscales en la declaración. “El acusado quería perder de vista y olvidar a la víctima. Cuando la gente le preguntaba al acusado dónde estaba la víctima, ella simplemente les decía que estaba visitando a sus abuelos. Durante las dos semanas que la víctima estuvo en el apartamento de Kimball y Lisa, el acusado fue a visitarlo una vez”.

Cuando finalmente la abuela del niño lo llevó al hospital, sus heridas estaban infectadas y «goteaban pus». Los fiscales detallaron que las heridas olían tan mal que necesitaron la atención de un equipo de enfermedades infecciosas y que las cicatrices eran tan gruesas que limitaban la movilidad de sus articulaciones.

El niño tuvo que ser sometido a varias cirugías y según los fiscales, su recuperación habría sido mucho más fácil si hubiera recibido atención médica inmediata.

El personal del hospital sospechó de abuso debido a las condiciones del niño, que también estaba desnutrido y alertó a la policía del condado de Montgomery. La madre de Tyler testificó en su contra durante el juicio y se declaró culpable de poner en peligro imprudentemente la vida del menor.

Redacción Maduradas con información de El Diario

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