En medio de la guerra existente entre Ucrania y Rusia, destacó la historia de Gabriela Camargo, una venezolana de 31 años de edad. Aunque vive en Alemania, ha estado en otros muchos países, entre ellos, Ucrania.
El Nacional
De acuerdo con su testimonio, ha ido varias veces a Ucrania: la primera vez fue en octubre de 2021.
«Estuve en una ciudad llamada Ternópil, que está al oeste, donde me quedé dos meses. Fue antes de la guerra», dijo, según reseñó El Nacional.
En la referida ciudad, contrajo covid-19. Detalló que fue una experiencia «intensa», ya que, en el hospital, nadie hablaba inglés, solo ruso y ucraniano. Por tanto, no sabía qué tenía.
Luego de superar la enfermedad, pudo visitar otras ciudades, antes de partir a Kenia, donde trabajó un tiempo en orfanatos.
En febrero de 2022, la mujer volvió al país, justo en el momento de mayor tensión en esa nación por los fuertes rumores sobre el inicio de la guerra.
«Fue súper estresante. Recogí mis cosas y me fui de inmediato a Chipre. Estando allí estalló la guerra (…). Emocionalmente no fue fácil. Reviví muchas de las cosas que viví en Venezuela», manifestó.
Posteriormente, en junio, volvió a ir a Ucrania, en pleno apogeo de la guerra. En esta oportunidad, no fue sola, sino que fue acompañada por otras cinco personas: un mexicano, dos alemanes, un suizo y un estadounidense.
«Conocimos gente que llega a la frontera con Polonia para detectar si hay tráfico humano. Llevamos ayuda humanitaria, insumos médicos y comida, y conversamos con la gente. En la frontera se vive de manera diferente la guerra, es más dramático todo«, relató.
Sin embargo, también reveló que, en el país, hay lugares donde las personas continúan con su vida «normal».
«Dentro de Ucrania hay mucha gente que en medio de la crisis vive una vida normal, como se hace en Venezuela. Parece que se acostumbraran al caos. Estás en una población a la que están bombardeando, pero en la que están abiertos los restaurantes y los bares. Suena la sirena y uno se altera, pero ellos lo miran con normalidad, hay como un proceso de aceptación», comentó.
Además, afirmó que muchos ucranianos se niegan a «resignarse», pero que tienen mucha «rabia» acumulada.
«Te cuentan que los rusos se metieron a las casas, que se robaron cosas, que violaron a las mujeres, que quemaron los cuerpos de las personas que asesinaron (…) Nunca va a haber justificación para invadir a alguien, hacer una guerra o para matar a nadie. No hay excusas para lo que sucede«, sentenció.
Redacción Maduradas con información de El Nacional
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