El humorista y politólogo venezolano, Laureano Márquez, envió un mensaje de esperanza y positivismo al país en medio del caos político y económico por el que atraviesa Venezuela en plena épica decembrina.
«Que en esta santa noche, el mensaje de amor y paz de la Natividad anide en los corazones de TODOS los venezolanos y nos ayude a construir el cambio que el país reclama», fue el final de su mensaje a los venezolanos.
A continuación el mensaje completo:
«Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». (Lucas, 2,12)
Esta noche recordamos que en la ciudad de Belén nació el que, una parte importante del mundo, considera su Redentor. Su redención no es militar, ni violenta. Es la redención del ser humano en el mensaje del amor y la entrega al prójimo.
Ciertamente es un compromiso muy difícil de asumir este que nos plantea El Niño del pesebre, pero es el único que verdaderamente vale la pena. Leí hace poco que el ser humano es movido por tres pasiones: la riqueza, el poder y el amor. Esta última es la única en la cual mientras más das, más tienes.
Venezuela pasa las que son, probablemente, las Navidades más duras que hayamos conocido.
Nuestras casas esta noche tienen todas algo de la pobreza del pesebre de Belén. Quiera Dios que en esta santa noche, el mensaje de amor y paz de la Natividad anide en los corazones de TODOS los venezolanos y nos ayude a construir el cambio que el país reclama.
Y como diría el tío Simón: «Niñito llanero
indio soberano
dámele cariño,
dámele ternura
al venezolano».
Redacción Maduradas.