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¡NO VALE NADA! El Nuevo Herald: Moneda venezolana sucumbe bajo «vértigo hiperinflacionario»

“El billete de 100 bolívares, el de mayor denominación en Venezuela, es el que tiene el menor poder adquisitivo en el mundo”, así lo afirmó desde Caracas el analista y columnista David Morán.

Y es que “El Bolívar Fuerte” es una de las monedas que se debilita con mayor rapidez en el planeta, situación que ha llevado a que el billete de 100 bolívares -que lleva estampado el rostro del prócer venezolano- equivalga hoy a sólo 15 centavos de dólar al tipo de cambio en el mercado negro.

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Le sigue el billete de máxima denominación de Liberia, que equivale actualmente a unos $1.08, y el de Guinea que puede ser cambiado por otros $1.40, explicó Morán.

Y los 15 centavos por el billete de 100 bolívares -calculados a la tasa de cambio en el mercado paralelo del viernes de 670 por dólar- son insuficientes para comprar un cachito en Venezuela.

La acelerada tasa de inflación aunada a la precipitada pérdida de valor del bolívar frente al dólar, divisa que duplica su valor frente a la moneda venezolana cada tres meses, está generando un curioso efecto dentro de la nación sudamericana: la pérdida de interés en acumular dinero, al menos el dinero venezolano.

“Hoy la gente no ahorra en Venezuela, nadie se queda con un bolívar en la mano, porque sabe que si lo guarda va a perder valor”, comentó Morán. “Eso se debe a que la moneda en Venezuela ha perdido sus dos funciones básicas, la primera, de servir como medio de pago y, segundo, la de servir como instrumento para preservar el valor”.

La pérdida de esas características es clásica del terrible fenómeno de la hiperinflación.

“La economía venezolana está montada sobre una montaña rusa, está sufriendo los efectos de lo que yo llamo vértigo hiperinflacionario, que es una condición donde los consumidores y el comerciante pierden el sentido de posición, el sentido de equilibrio, no sabe dónde está, con el resultado final de que se pierde la confianza en el signo monetario y la gente no sabe qué hacer con el dinero, no quiere quedarse con él, y sale a comprar cualquier cosa”, explicó el economista Alexander Guerrero, presidente de la firma TecnoEconomica en Atlanta..

“Es por eso que la gente sale y compra lo que hay. Sale y compra mermelada de naranja incluso cuando no le gusta y aunque no la necesite. Lo hace porque prefiere tener ese frasco en la mano que un fajo de billetes”, añadió Guerrero.

Y algunas familias están acumulando productos como instrumento para preservar riqueza en el marco de la creciente escasez de productos por la que atraviesa el país, aseveró Morán.

“La gente prefiere tener en la mano un kilo de harina pan, para cambiarlo por medio kilo de café, para a su vez poder cambiarlo por un pote de leche”, explicó Morán.

“El atesoramiento lo están haciendo las familias acumulando productos en vez de guardar monedas, porque llegó a la conclusión de que la moneda no sirve para preservar el valor”, añadió.

Según la mayoría de los economistas que siguen a Venezuela, la tasa de inflación del país, que ya es la más alta del mundo, está por dar un salto aún mayor este año y podría ubicarse entre 200 y 300 por ciento.

Pero ese dato se refiere al comportamiento del Indice de Precios al Consumidor, que no toma en cuenta el efecto de la escasez. Según los cálculos elaborados por Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, que considera las distorsiones internas provocadas por el control estatal y la devaluación, la inflación anualizada de Venezuela supera el 600 por ciento.

 

Con información de El Nuevo Herald.

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