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¡NOS HUNDIERON EN LA MISERIA! Así son las colas para comprar en la Venezuela socialista (+Video)

Los venezolanos arrancaron el 2015 en cola. Cientos de personas se ven obligadas cada día a hacer fila durante horas, frente a los abastos y supermercados, para poder comprar  productos de primera necesidad, como leche en polvo, pañales y detergente. 
Adquirir insumos básicos se suma a la lista de problemas que enfrentan los venezolanos y que incluye temas como la inseguridad  y la devaluación. Sin embargo, expertos en temas sociales señalan que acostumbrarse a esta nueva realidad no será tan sencillo como lo fue en el pasado.

Ramón Piñango, sociólogo y profesor del IESA afirma que las consecuencias que puedan tener las colas están directamente relacionadas con el período de tiempo que estas duren.

«Si esto dura hasta esta semana va a ser un episodio pasajero, sin muchas consecuencias de fondo, más allá del costo político en popularidad (…) Pero si esto dura más puede tener consecuencias políticas serias y conducir incluso a un estallido social», explica el experto.

Los temores de Piñango tienen fundamento. El descontento y la tensión han generado varios eventos violentos, entre los que se encuentran: el ataque a un vehículo de la Policía Nacional Bolivariana y a un de camión de pañales en Catia, las peleas en los establecimientos para obtener los productos que escasean y hasta el ataque a un camión con carne accidentado en Tocuyito.

Para la psicóloga clínica y social y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, Yorelis Acosta, esta es una situación inédita. «Los conflictos, la empujadera, el pelearse por los elementos básicos, el hecho de que la Guardia Nacional ahora está en los supermercados.  Yo creo que el mismo Gobierno no se esperaba una situación como esta, hay mucha tensión y mucha preocupación por las expectativas para este 2015».

Acostumbrarse o cambiar

Hacer largas colas para conseguir alimento no es algo nuevo. De hecho, en varios estados comunistas se aplicó esta estrategia como control social, tales fueron los casos de la ex Unión Soviética y de Cuba, donde el Estado llegó a implementar duros programas de racionamiento durante épocas de desabastecimiento.

Para Acosta, la pirámide de Maslow, teoría psicológica  que jerarquiza las necesidades humanas, desde las más básicas hasta las más complejas, explica esta situación.

«Maslow decía que nosotros tenemos que ir cubriendo nuestras necesidades básicas primero, para luego cubrir otras necesidades como las de autorrealización,  de participación, de afiliación. Nosotros volvimos a lo más básico de la pirámide. Estamos preocupados por resolver nuestras necesidades fundamentales de alimentación de seguridad de protección, y después es que podremos ir satisfaciendo otras necesidades», explicó.

Piñango, sin embargo, agrega que la reflexión política de la mayoría de los venezolanos se realiza durante este nivel de satisfacción de necesidades básicas y concretas. El proceso ocurre durante las colas, con las conversaciones y el debate político, cuya conclusión no parece ser favorable para el Gobierno.

A esta inconformidad se debe sumar la falta de respuesta gubernamental. «El Gobierno ha negado su responsabilidad (…)  Hay un gran malestar y este es un pueblo que participa, es un pueblo político y la gente no se cree eso de que no hay cola, ya la gente no se come el cuento de la televisión y de la propaganda», señala Acosta. «No hay manera de negar y de esconder el que faltan alimentos en toda Venezuela», agrega.

Capitalizar el descontento para el cambio

Sin embargo, capitalizar el descontento puede ser complicado. El hecho de que haya malestar no se traduce automáticamente en un generador de cambio en el rumbo político del país. Los expertos coinciden en  que si la oposición desea ganar seguidores con miras a las Parlamentarias de 2015 debe enfocarse en el trabajo directo con las personas que están esperando para comparar víveres, apoyarlos en lo que necesiten, conversar con ellos e incluso ofrecerles apoyo psicológico para hacer frente a la crisis.

Parte de esta idea parece estar recogida en el plan «indignación y esperanza» que fue anunciado por el Secretario Ejecutivo de  la Mesa de la Unidad, Jesús Torrealba, y que consistirá en acompañar en la cola a los ciudadanos.

Acosta se mantiene optimista. «No es un tema fácil el tema de capitalizar el descontento, pero no es un tema imposible», concluye.

Con información de El Universal / Reporte Confidencial

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