La red de supermercados Bicentenario en Valencia se ha convertido casi en espacio para acampar; en el de La Ceiba, la gente ya está arribando antes de las dos de la mañana para conseguir su ticket de entrada que le beneficia a comprar algunos productos regulados semanalmente. ¿Así o más parecido a Cuba?
Pero también las personas pasan el interminable tiempo hablando sobre el destino que debería tomar la nación para su futuro.
Lo más resaltante del hecho es que ahí no se detallan las preferencias políticas de la gente. Todos intercambian opiniones sin preguntar qué ideología profesan. Sin embargo, muchos en “picardía” dicen que sospechan con solo observar la actitud de alguien, si está o no con el “proceso”, si es indiferente o simplemente un revendedor. A estos últimos atacan a diario, ya que interfieren en el sano desarrollo de sus programadas compras.
Ana González, en El Trigal, comentó que “la red de ‘vivos’ que viene a llevarse los productos a cada rato para revenderlos, nos tiene cansados, ya que a veces hay complicidad con los trabajadores del mercado”.
El panorama del Bicentenario en la avenida Bolívar Norte es de mayor dificultad, pues, el volumen de consumidores cada día se cuenta en centenares.
Yoleida Ramos detalló que ya la gente está arribando al sitio antes de las dos de la mañana. “Aquí ya se quedan a dormir, es increíble”. Pero sostuvo que siempre que va, ha podido comprar.
Los consumidores que asisten a El Trigal demandan mayor presencia policial, ya que son ubicados por el lado de acceso de la autopista, a la intemperie y sin seguridad.
Vía ND.