En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebrada cada 10 de septiembre, Mérida, uno de los estados andinos de Venezuela, enfrenta una dura realidad. A pesar de sus majestuosos paisajes montañosos, esta región no está exenta de la violencia autoinfligida que ha dejado familias enlutadas año tras año.
José Ilidio Spinola/flickr
De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), el período entre 2020 y 2023 reveló una tendencia preocupante. Las reseñas en los medios y los informantes clave señalaron un aumento en los casos de presuntas muertes por suicidio durante esos años. Sin embargo, en 2023, hubo una leve disminución: 18 suicidios en 2020, 45 en 2021, 55 en 2022 y 53 en 2023.
De forma paradójica, los intentos de muerte autoinfligida mostraron un patrón inverso. Entre 2020 y 2022, disminuyeron: 22 en 2020, 17 en 2021 y 12 en 2022. Pero en 2023, se produjo un alarmante aumento, con 33 casos, casi triplicando la cifra del año anterior.
Las estadísticas más recientes, recopiladas por los investigadores, sugieren que la tendencia a la baja en las muertes por suicidio continúa. Durante los primeros siete meses de 2024, se han registrado 28 casos (aproximadamente 4 al mes). Si esta tendencia persiste, se proyecta que al final del año se alcanzarán cerca de 48 casos.
El OVV, en su informe anual de 2023, destacó que Mérida lidera la tasa de muertes por suicidio más alta del país por vigésimo segundo año consecutivo. El estudio, compartido en redes sociales el pasado 1° de septiembre de este año, reveló que esta tasa equivale a 15,5 muertes por cada 100.000 habitantes.
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Redacción Maduradas con información de La Patilla.
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