Sólo Ucrania y Tailandia superan al país. Venezuela se encuentra entre los países más endeudados del mundo. Para evitar la presión de la devaluación de la moneda, se ha quedado sin su oro y las reservas de divisas. Alrededor de 5.000 millones de la deuda externa se vencerán en 2014 y los acreedores presionan con fuerza.
Al margen de la situación mundial y la confrontación de Estados Unidos y la Unión Europea, por la anexión de Rusia de Ucrania, antes del desenlace, el presidente Viktor Yanukovich había viajado a Rusia y China en busca de ayuda financiera para evitarse una deuda soberana, reseña Tal Cual.
Los observadores ya habían detectado otros dos países con problemas similares de conflictos internos, conmoción social y deuda soberana: Tailandia y Venezuela. Venezuela se enfrenta también a un problema de la deuda, y su financiamiento casi se ha secado.
Para evitar la presión de la devaluación de la moneda, se ha quedado sin su oro y las reservas de divisas. Alrededor de 5.000 millones de la deuda externa se vencerán en 2014.
Por otra parte los fondos por pagar no financieros son más de 50.000 millones de dólares y el gobierno ha incumplido el pago de 27.000 millones de deuda interna. Con la disminución de las reservas extranjeras y los ingresos del petróleo, la capacidad de amortización es limitada. Así que para evitar una crisis de deuda soberana, el gobierno venezolano optó por pagar primero la deuda externa, y temporalmente esquivar la deuda interna.
TAILANDIA Y UCRANIA
Ucrania se enfrentaba a un grave problema de deuda desde mediados de 2013. La agencia internacional de calificación de riesgo Moody degradó la calificación soberana en septiembre.
Mientras, Rusia presionaba a Ucrania en el frente económico, para evitar que se uniera a una sociedad con la Unión Europea, y por supuesto esto se agregó a los problemas económicos del gobierno de Kiev.
En octubre, para evitar que la empresa petrolera estatal Naftagas entrara en impago, el gobierno de Ucrania tuvo que pagar 22.000 millones de dólares. En ese momento las reservas de divisas de Ucrania sólo eran de 20.000 millones de dólares para enfrentarse a las importaciones. A finales de 2013, la deuda externa acumulada de Ucrania había superado los 100.000 millones de dólares, que era el 70 por ciento de su PIB.
Yanukovich busca la ayuda de todo el mundo pero fue infructuosa la gestión y se vio obligado a cambiar su política a favor de la UE, lo cual agudizó las contradicciones en su casa.
En Tailandia, el gobierno de Yingluck Shinawatra, ahogado económicamente, introdujo el esquema de subsidio de arroz que pagó a los agricultores muy por encima de los precios del mercado mundial.
El plan del gobierno para comprar el arroz y venderlo a precios más altos, en un mercado mundial en aumento fracasó, debido a la fuerte competencia de Vietnam y la India.
Con la caída de los precios internacionales, Tailandia perdió su corona como el mayor exportador de arroz del mundo. El año pasado, el plan de subsidio de arroz costó a Tailandia cerca de 15.000 millones de dólares, o un 4 por ciento de su PIB.
Los miles de millones de dólares gastados en el esquema de los subsidios, profundizaron la crisis política del país y los manifestantes dijeron que el gobierno no pudo formular una estrategia práctica, para promover el crecimiento económico. Además, la corrupción arruinó la aplicación del régimen de arroz.
El posterior traslado del gobierno tailandés para recaudar dinero de los bancos para saldar las deudas de los agricultores, causó un pánico generalizado, que aún no han calmado a los manifestantes.
En general, los problemas de la deuda inducen a avivar el descontento social en los países que siguen tres modelos económicos.
EN RESUMIDAS CUENTAS
- El primero es el modelo de Ucrania, en el que la escasez de fondos llevó a la inestabilidad política y, finalmente, el colapso del gobierno.
- El segundo es el modelo de Tailandia, en la que los problemas fiscales han erosionado la credibilidad del gobierno, provocando malestar social.
- El tercero es el modelo venezolano y brasileño, en el que la escasez de bienes y recortes del gasto público han alimentado el descontento social.