La incesante inflación a causa de la crisis económica que afronta Venezuela ha llevado a los venezolanos a dejar a un lado los planes de inversión a largo plazo tales como adquirir casa o apartamento propio, una lavadora o nevera nueva, e incluso los vehículos automotor. Hoy en día sólo se puede soñar con tener un carro nuevo, y lo mismo si se piensa en tener un carro usado pues estos han sufrido un alza de hasta el 600%.
En el concesionario de Rustiauto, ubicado en Puerto La Cruz y dedicado a la compra-venta y consignación de automotores de segunda mano, un Chevrolet Spark, del año 2008, lo promocionan en 2.400.000 bolívares, mientras que antes costaba Bs. 800.000, lo que equivale a un alza de 200%, así lo señaló una vendedora del establecimiento, quien prefirió omitir su identidad.
La encargada de Rustiauto comentó que los precios los colocan los propietarios y ellos sólo fungen como intermediarios por una comisión que no supera los 150 mil bolívares.
“Adquirir un cero kilómetro en concesionario en este país no es tarea fácil, pues las ensambladoras no están produciendo, según fuentes sindicales, por la falta de materia prima”
El encargado de Carros Usados, ubicado en la avenida 5 de Julio de Puerto La Cruz, Raúl Somoza, señaló que la compra y venta de autos dejó de ser rentable, pues debido a los precios, es difícil comercializar automotores. “Yo tengo tres meses que no vendo un carro”. “Son pocos los que están adquiriendo carros por primera vez, la mayoría andan renovando sus vehículos”, dijo Somoza, y señaló que desde hace dos años ha ido migrando su negocio a la reparación de aire acondicionado automotriz y mecánica ligera.
Con información de Sumarium