Un jurado de nueve personas comenzó a deliberar el pasado viernes para decidir si Elon Musk y Tesla deben compensar a varios inversores que los demandaron por las supuestas pérdidas multimillonarias que les causaron sus tuits de 2018, en los que el máximo ejecutivo del fabricante de vehículos eléctricos dijo que había reunido fondos para sacar a la empresa de la bolsa, algo que nunca ocurrió.
Los miembros del jurado tienen ante sí la tarea de decidir primero si los mensajes publicados entonces por Musk engañaron a los inversores, y seguidamente calcular el impacto económico que tuvieron.
El jurado se retiró a deliberar inmediatamente después de escuchar los argumentos finales de las dos partes en el cierre de un juicio que se ha prolongado durante tres semanas.
“Este caso se trata de ver si las normas que se aplican para todo el mundo también deben aplicarse a Elon Musk”, dijo en su alegato Nicholas Porritt, un abogado que representa a los inversores que aseguran haber perdido miles de millones de dólares por los vaivenes que los tuits del magnate causaron en la cotización de Tesla.
Porritt insistió en el argumento de que el empresario mintió cuando en agosto de 2018 dijo en Twitter que tenía la posibilidad de retirar a Tesla de la bolsa al haberse asegurado financiación para llevar a cabo la operación y sólo a falta de un voto de los accionistas.
El juez del caso, Edward Chen, ya ha dado por probado que esas afirmaciones eran falsas y engañosas, pero el jurado debe determinar si fueron esos mensajes los que afectaron a la cotización de Tesla, la posible intencionalidad de Musk y el coste que tuvieron para los demandantes.
Del otro lado, el abogado de la defensa Alex Spiro insistió el viernes en que Musk no mintió en ningún momento y en que, como mínimo, parte de los cambios en el precio de las acciones de la empresa pudieron deberse a otros factores.
El propio Musk testificó a lo largo del juicio para asegurar que sí tenía capital suficiente para sacar a la empresa de la bolsa gracias a compromisos del fondo soberano de Arabia Saudí y su propia participación de SpaceX.
Las supuestas promesas del fondo saudí han sido una parte central del proceso, pues esa información ha sido desmentida por algunas fuentes y nunca se firmaron documentos, pero la defensa de Musk ha insistido en que había un compromiso verbal y que por ello el empresario no mentía al decir que tenía la financiación.
Ya en 2018 Musk fue acusado por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) de fraude por su publicación en Twitter, y entonces el magnate aceptó como sanción una multa de 20 millones de dólares. Además, tuvo que dejar al menos por tres años de ser presidente del consejo de administración de la compañía, aunque continuó siendo su consejero delegado.
EFE
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