Las largas colas para surtir los vehículos con gasolina se hacen cada vez más frecuentes a las afueras de las estaciones de servicio en Venezuela.
Foto: 800 Noticias
Esta situación ha propiciado la practica de un negocio ilegal que se veía mayormente en las zonas fronterizas del país: la reventa de gasolina, por parte de los conocidos pimpineros.
“Entre 10 y 20 dólares cobran por pimpina. Al principio eran 20.000 bolívares, hace casi 2 meses, cuando empezó todo. Ya van por dólares”, contó un ciudadano que ha tenido que recurrir a esta acción en distintas oportunidades.
En este negocio se comienza por la comisión que reciben los militares y milicianos que permiten a los pimpineros llenar sus recipientes con combustible varias veces al día.
“Lo hacen a través de motos que cambian de tanque, matrícula y hasta motorizado varias veces al día. Hacen como si van a comprar un repuesto y pasan”, contó José Medina.
Otros usuarios ofrecen artículos de primera necesidad a quienes controlan las colas para surtir gasolina, un paquete de harina o de arroz puede ser suficiente para adelantarse al frente de la fila.
Muchas veces, quedarse en una cola no garantiza que se tenga el acceso a la gasolina al pasar las horas.
“En la primera cola de hoy duramos 1 hora y media. Llegando a la estación se acabó la gasolina. En esta, tenemos 2 horas”, explicó una joven que esperaba para llenar el tanque de su carro con combustible.
Redacción Maduradas con información de La Patilla.
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