En conversación con el periodista Alexander Olvera de El Pitazo, un inspector del Cicpc, de nombre Luis Guillermo Parra Navas, contó cómo tuvo que huir del país luego de expresar inconformidades con la forma con la que se estaba manejando la situación dentro del cuerpo y con las presiones políticas a las que se opuso y por las que fue tildado de «traidor a la patria».
“Vete, que te andan buscando para matarte”. Le avisó un excompañero, advirtiéndole que tenía unas 30 horas para «desaparecer».
Parra Navas se desempeñaba como inspector de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), adscrito a la Brigada de Acciones Especiales (BAE) de la sede principal en Caracas. Lo que comenzó a ver dentro del cuerpo después de 15 años de experiencia lo indignó.
“La oposición venezolana tenía pautada su agenda de protestas en el país, la Guardia Nacional debía reprimirlas a como diera lugar. Si en algún momento aparecía una muerte del lado opositor, por orden de los jefes debíamos alterar la escena del crimen y colocar los elementos comprobatorios haciendo parecer que la muerte fue causada por ellos y no por los cuerpos de seguridad”, contó Parra.
Dijo que como hombre de principios rechazó de manera pública aquellos actos que violaban la Constitución y a la institución que juró defender con su vida. “Me acusaron de traición a la patria y me destituyeron de mi cargo y tuve que huir de Venezuela”.
El inspector cruzó una trocha por el río entre Colombia y Venezuela para salvar su vida. Allí, tuvo que hacerse pasar por un «bachaquero» y sobornar a unos guardias para evitar a ser capturado.
Al llegar a Colombia, contó a los agentes de una patrulla lo que le ocurría. Ellos le llevaron hasta la oficina de Inmigración, lugar donde relató todo su infortunio. “Me trataron amablemente, me tomaron las declaraciones y corroboraron mi historia. Me escoltaron hasta el Terminal de Pasajeros en Medellín, donde tomé un autobús hasta la ciudad de Turbo”.
De allí tuvo que trasladarse cinco horas en lancha para llegar al poblado de Sapzurro, último asentamiento colombiano frontera con Panamá. Luego, caminar tres noches y cuatro días para acercarse a Puerto Obaldía, donde le sellaron el pasaporte de entrada e ingresó sin mayor problema a Panamá.
Actualmente, Parra Navas se encuentra bajo la protección de la Cruz Roja Internacional, la ONU, Acnur y la Oficina De Atención Al Refugiado de Panamá.
Redacción Maduradas con información de El Pitazo
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