El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llegó este sábado en mitad de una gran polémica al Palacio Nacional de Ciudad de México para participar en la recepción privada que encabezará el nuevo mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
La presencia del venezolano estaba programada para la ceremonia de investidura, en el Congreso de la Unión, pero finalmente no pudo asistir porque su vuelo no llegó a tiempo.
Maduro arribó directamente al Palacio Nacional, ubicado a un costado del Zócalo, acompañado por su esposa, Cilia Flores. Ambos se giraron hacia los asistentes antes de entrar en el recinto, sede del Ejecutivo mexicano, y saludaron sonrientes.
La visita de Maduro ha causado una enorme disconformidad por parte, especialmente, de la derecha mexicana. En las afueras del Palacio Legislativo de San Lázaro, donde López Obrador juró su cargo como presidente y pronunció su primer discurso a la nación como mandatario, se concentraron varios grupos de personas que protestaron por la presencia del mandatario venezolano en el país.
Portaron pancartas con textos como “Maduro, asesino” o “Traidor”, aunque también hubo un conjunto de personas que dieron su apoyo al presidente y exhibieron una pancarta con el lema “El pueblo de Villa y Zapata le da la bienvenida”.
La tensión desencadenada por la invitación al mandatario también se vislumbró dentro del Congreso, donde legisladores del conservador Partido Acción Nacional colgaron una pancarta que rezaba “Maduro, no eres bienvenido”.
En su discurso, López Obrador agradeció la asistencia de todos los líderes internacionales que llegaron a la capital mexicana para ser testigos de la jornada, y entre ellos, mencionó a Maduro. Al escuchar el nombre de Maduro, un buen número de legisladores alzaron sus voces para corear el grito de “¡Dictador!” contra el venezolano.
Información de EFE