Como el cangrejo caminando hacia atrás vamos los venezolanos, usando jabón azul en trozos en vez de jabón en polvo, resolviendo la leche que le tocaría a los niños con agua de avena porque “es lo que hay” o hasta volviendo a usar los pañales de tela que pensamos haber dejado atrás y que el Gobierno nos recordó con su “Guayuco” que nunca se estrenó.
«Si usted quiere que su bebé sea más lindo de lo que es, no le ponga cualquier pañal importado, póngale pañales venezolanos: El Guayuco. La revolución petroquímica», era el eslogan de la campaña puesta en práctica por el Hugo Chávez en junio de 2009 cuando inauguró una Empresa Estatal Socialista para la producción de pañales, bajo tecnología china con una inversión de 9.3 millones de dólares ¡Pa la poceta!
Su promesa fue producir 144 millones de pañales al año, 5% del total del mercado nacional anual, que para entonces era de 1.300 millones. El plan era que en mayo de 2010 los pañales llegarían a Mercal y Pdval, pero como cosa rara, eso nunca pasó. La fábrica dentro del parque industrial Ana María Campos, del complejo petroquímico El Tablazo en el estado Zulia, jamás arrancó, tal como lo indica talcualdigital.com. En 2011 dejó de estar en manos de Pequiven para ser absorbida por Ministerio de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias que no ha vuelto a hablar del tema.
«Cuando mis niños estaban chiquitos se usaban eran pañales de trapo», decía Chávez mientras se reía en la inauguración de la planta en 2009, cuando todos –tal vez riéndonos también- nunca imaginaríamos vivir una escasez de pañales tan recia que nos haría regresar a esos tiempos de los pañales de telas. ¿Y cómo no? Si en las colas hasta exigen partidas de nacimiento y ecos del embaraza para poder venderte uno o dos paquetes que te toquen mensualmente.