Uno de los capítulos de la nueva entrega de The Last Dance, muestra la venganza más cruel de Michael Jordan, rememorando cuando el jugador les mintió a sus compañeros de los Chicago Bulls, para tomarse revancha de un novato que lo había humillado.
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A poco tiempo de su primer retiro y en la antesala de conseguir su tercer campeonato de la NBA en 1993, el histórico 23 de los Bulls se aprovechó de un jugador de segundo año en la liga llamado LaBradford Smith, un novato a quien enfrentó ya al final de la temporada regular.
El 19 de marzo del 93, ya en la parte final de la fase regular, el equipo de Jordan recibió a los Washington Bullets en el viejo Chicago Stadium.
En plena contienda por ser el mejor de la Conferencia del Este, los Bulls se enfrentaron a uno de los peores conjuntos de la liga. Tuvieron que luchar para quedarse con la victoria, pero el 104-99 final quedó como una anécdota.
En aquella ocasión, el gran protagonista de la noche no fue el propio Jordan, sino el novato jugador de segundo año, que tuvo el mejor partido de su vida, reseñó el portal web de noticias Infobae.
La noche del joven fue sencillamente espectacular. Marcó 37 puntos con una sorprendente efectividad en tiros de la cancha: anotó 15 de sus 20 lanzamientos. Además, sumó 5 rebotes, 3 asistencias y 1 robo. Más allá de este aporte ofensivo, nada despreciable, el chico contuvo en varias ocasiones a Jordan en defensa, lo que provocó «la ira del 23 de los Bulls».
Una vez que llegaron al vestuario, Jordan les contó a sus compañeros que ese tal Smith le había dicho “buen juego, Mike” de manera despectiva.
La expresión para Jordan lo invitó a plantearse un reto: anotar la misma cantidad de puntos, pero solo en la primera mitad del juego, en el próximo choque contra Washington.
Jordan, efectivamente, como de costumbre estuvo arrollador y se hizo cargo del ataque de su equipo. Terminó con 36 puntos en la primera parte del juego. Sí, uno menos de los que había prometido.
Sin embargo, en uno de los nuevos capítulos de la última entrega de la serie The Last Dance, Jordan aprovechó para desenmascarar su «venganza más cruel». Resulta, que la historia del «chico retador» era falsa: “Lo inventé todo”, recuerda Michael en una entrevista.
«Él me enseñó que no hay que subestimar a nadie en este deporte. Realmente me gustó él, pero el punto fue que me avergonzó en mi propia casa», así se justificó la leyenda de la NBA, quien confesó que en muchas ocasiones hizo lo mismo para alimentar y mantener su deseo competitivo.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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