Dos estudiantes de la Universidad de Carabobo, quienes mantenían una huelga de hambre desde hace 13 días, en apoyo al diario El Carabobeño, fue suspendida la noche de este martes tras un atentado.
Mauro Montilla y Alejandra Tarazona, los huelguistas, estaban en compañía de los dirigentes estudiantiles Wleiber Ramones, Leidy Restrepo y José Gregorio Briceño, cuando fueron atacados con una especie de bomba formada con amoniaco dentro de una botella plástica de refresco.
Ramones relató que los estudiantes se disponían a dormir cuando escucharon que arrojaron algo al campamento. Al acercarse se percataron de que era un recipiente con el peligroso químico que enseguida comenzó a emanar el desagradable olor, produciéndoles vómitos, dolor de cabeza y mareo. Se alejaron del perímetro.
Los estudiantes responsabilizaron al gobernador del estado Carabobo, Francisco Ameliach, del atentado. Comentaron que este martes llevaron un documento a la gobernación por la situación de El Carabobeño y no obtuvieron respuesta.
Comentaron que más temprano se sintieron amenazados por unas personas que los acechaban con piedras en las manos, pero que se fueron ante la presencia de la vigilancia privada del centro comercial Omnicentro
Ante el inminente peligro que corrían, los dos jóvenes decidieron levantar la protesta que mantenían a favor de la libertad de expresión y de prensa.
El secretario de la Universidad de Carabobo, Pablo Aure, condenó el ataque y lo calificó de cobarde. Insistió en que la acción de los jóvenes es legítima, en defensa del pueblo carabobeño y la libertad de expresión. Lamentó que los cuerpos de seguridad del estado no se pronuncien. A pesar de haber notificado del ataque a Protección Civil para que prestaran asistencia a los jóvenes y los trasladaran a un centro de salud, no se presentaron.
Con información de El Carabobeño.