En una entrevista concedida al diario Panorama, la llamada «narcomodelo» Karla Osuna rompió el silencio y contó todo sobre el duro proceso judicial que ha vivido desde 2012, cuando fue detenida con su novio en un hotel por la incautación de 200 kilos de cocaína.
Foto: Panorama
Osuna habló con la periodista Sabrina Machado y entre lágrimas, le expresó que estaba arrepentida de la relación de pareja que sostuvo con Emiliano Zapata, quien huyó de la Penitenciaría General de Venezuela. Ahora, ella vive el proceso sola, y todavía no ha llegado ni su absolución, ni su sentencia. La acusan de los delitos de tráfico de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, en la modalidad de ocultamiento, y de asociación para delinquir, en calidad de cómplice
Osuna enfatizó que no salía con el hombre por interés.
«No salí con él por el yate o por el carro que él tenía, al final yo trabajaba y me podía comprar mis cosas. A veces pienso: ‘Si yo hubiera hecho algo malo, bueno, bastante que me lo disfruté, bastante que todo y ahora estoy pagando, pero no es así. No era que él me mantenía y yo tenía millones y millones y vivía en una súper casa, nada de eso.’”, sostuvo.
También, dijo que desconocía que el hombre estaba en negocios irregulares, porque todos sus bienes parecían tener una procedencia legal.
«No sabía por todo por lo que lo estaban buscando. Él era mi novio, la persona con la que yo estaba. Lo conocí por una amiga. Él estaba casado, nos veíamos cuando él podía. Las personas no van por la vida preguntando cómo te ganas tu dinero, de dónde sacaste ese carro. Él tenía una constructora y era real, le habían dado unas obras en Maturín, yo fui, estaba remodelando unos colegios. Tenía todo para que jamás pensarás ‘este tipo hace algo malo’, ¿por qué iba a dudar de él? Ahorita aprendí que no debo meter las manos en el fuego por nadie», confesó.
A la joven le molesta que la sigan tildando de «narcomodelo», aunque está consciente de que es una etiqueta que la acompañará siempre. Dice que en todos estos años, recibió ataques de personas allegadas, amigos y de gente del medio. También, relata que en la propia Universidad Santa María, -donde estudia Comunicación Social- un grupo de estudiantes intentó boicotear su regreso a las aulas.
La modelo también contó que cuando estuvo en la cárcel de máxima seguridad de Coro, fue consolada por altos delincuentes, como el pran «El Oriente».
«Conmigo fueron hombres súper respetuosos. Ellos pudieron haber matado, secuestrado, tendrán sus cuentas pendientes con Dios, pero conmigo se portaron bien. Eran los que me escuchaban llorando y me decían ‘cálmate, no llores’, cuando me daban esos ataques en los que me sentía que me estaba volviendo loca. Ellos eran los que me calmaban”, reveló.
Acá puede leer la entrevista completa.
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