La más reciente reducción del cupo de viajero, o como le ha calificado los venezolanos, el «cadivazo» anunciado el pasado viernes ya ha comenzado a traer consecuencias. Viajeros barquisimetanos amanecieron llamando a sus agentes de viaje de confianza, a fin de solicitarles cancelar el boleto aéreo al exterior que, semanas o meses atrás habían adquirido con sumo sacrificio. Otros se comunicaron con estos para pedirles retiren sus nombres de las listas de espera. Así lo reseña elimpulso.com / Rosmir Sivira.
Tal situación fue descrita por el agente de viajes barquisimetano, Francisco Rodríguez, quien relató que desde el anuncio de la medida las personas comenzaron a consultar las alternativas disponibles para evadir el viaje que desde el pasado viernes dejó de ser rentable; algunos ciudadanos han preferido cancelar sus planes y pagar las multas.
Señaló que las recientes medidas tomadas por el Gobierno, en materia de administración de divisas, anulan aún más al gremio al que pertenece, ya que si bien desde hace algunos meses eran escasos los boletos a operar, ahora tampoco podrán ofrecer a los viajeros que adquirieron sus pasajes en dólares, la reservación en el extranjero de servicio de hospedaje, transporte, entradas a parques y otros, pagados con el cupo electrónico, el cual también recibió nuevas limitaciones.
“Ahora serán aún menos los interesados en viajar”, comentó Rodríguez, quien para ilustrar el complejo panorama, indicó que el costo de un hospedaje modesto en México, puede oscilar entre los $40 y $60 por noche, lo que multiplicado por los 10 o 15 días de estadía representaría casi la totalidad del monto asignado para el viaje, que según la Gaceta sería un máximo de $700.
“El venezolano ahora saldrá del país y tendrá que escoger entre nadar con los delfines, que es una actividad de esparcimiento, o pagar el almuerzo del día. Esto no es atractivo en ningún sentido”, comentó el agente de viajes, quien recordó que el sano y libre esparcimiento son derechos constitucionales de todo venezolano.
En este sentido, rechazó que exista un control de administración de divisas que limite el gastos que se desea y pueda realizar.
Un paseo en islas del Caribe puede costar $105 y por el alquiler de un vehículo en el extranjero, durante una semana, el viajero podría pagar hasta $400.
Rodríguez enfatizó que no todos los viajeros son “raspacupo” y aún siendo los gastos motivados por el esparcimiento, dicha normativa representa una completa agresión al venezolanos.
Más endeudados que antes
También presentan problemas quienes adquirieron compromisos con familiares y amigos en el extranjero y pidieron les compraran el pasaje en el exterior, a fin de cancelar este con las mismas divisas que les serían asignadas.
Los destinos más impactados fueron Estados Unidos, México y Surinam, a donde ahora sólo asignarán $700, monto que ni siquiera es compatible con el costo del boletos ofrecido por algunas aerolíneas, el cual oscila entre los $580 y $1.200. De viajar y pagar la deuda estas personas no contarían con monto en dólares para suplir, ni siquiera, sus gastos básicos.
Otros viajeros decidieron adquirir boletos a precios “irrisorios” y reponer estos montos, con la venta de los dólares que traerían desde le extranjero. No obstante, este ” negocio”, ya no será posible, ya que las divisas ni siquiera serán suficientes para gastos de comida y hospedaje.