Un club de striptease de Oregon, que se vio obligado a entrar en el negocio de la comida para llevar en la era del coronavirus, ha regresado a sus raíces al ofrecer servicios de entrega con bailarinas exóticas, un concepto que el dueño ha promocionado como “Food 2 Go-Go”.
El Lucky Devil Lounge, ubicado en el sudeste de Portland, ha estado sin actividad desde que la gobernadora Kate Brown prohibió las reuniones públicas en todo el estado y ordenó a los bares y restaurantes que cierren sus puertas el 16 de marzo.
Como en muchos estados que bloquearon la atención en los comercios para frenar la propagación del COVID-19, la gobernadora permitió las entregas.
El propietario de Lucky Devil, Shon Boulden, reorganizó su cocina para ofrecer comida que entrega el día siguiente, aunque los clientes disminuyeron sin las principales atracciones del club: las bailarinas con poca ropa y el bar.
Boulden dijo en una entrevista el fin de semana con Reuters que, desesperado, publicó en Twitter que el club enviaría a sus bailarinas a entregar la comida.
El tuit empezó como una broma hasta que se volvió viral. “De repente, una bombilla se encendió en mi cabeza y dije: ‘creo que debemos hacerlo’”, contó Boulden.
En cuestión de semanas, el Lucky Devil funcionaba con dos nuevas opciones de entretenimiento para adultos: un espectáculo de pole-dance para las órdenes que se retiran en el local y el envío de comida por parte de bailarinas, que son acompañadas por guardias para mantener el distanciamiento social.
El club cobra 30 dólares extra por cualquier opción, mientras que el precio de la comida se mantuvo igual.
“La respuesta ha sido asombrosa”, dijo Boulden, quien destacó que el club está generando una sexta parte de sus ingresos previos a la pandemia y que la mayoría de sus empleados ganan el equivalente al salario mínimo.
Con información de Reuters