Descarga las aplicaciones para Android o iOS (iPhone/iPad). Únete al canal de Telegram.

¡SEPA! La joven que huyó de Venezuela por la crisis y terminó explotada y abusada en Egipto

La venezolana Rosmary Jiménez contó a El Tiempo la experiencia de explotación laboral que sufrió durante seis meses en Egipto en 2016, después de dejar el país porque no tenía nada más para ofrecerle.

El Tiempo

“Me metí al baúl de un carro y escapé”, recuerda Jiménez, oriunda del estado Portuguesa.

Le faltaba un semestre para graduarse en Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada (Unefa) en 2015, pero la situación del país afectó sus estudios.

“Anunciaron que la universidad debía cerrar temporalmente por la crítica situación de mi país. Ya no había plata ni siquiera para pagarles a los profesores”, dijo.

En ese sentido, Jiménez decidió dejar Venezuela en búsqueda de nuevas oportunidades que le permitiera ayudar también a su familia. “Había días en los que desayunábamos y almorzábamos, pero no cenábamos. O almorzábamos y cenábamos, pero no desayunábamos”, recordó.

Al igual que una amiga de su prima, optó por aventurarse como niñera. Su búsqueda del trabajo deseado empezó a través de una reconocida plataforma en Internet. No obstante, necesitaba que los empleadores en el extranjero le pagaran todo para irse, incluso el boleto de viaje.

Aunque sus primeras opciones fueron algunos países de Europa, fue una familia que reside en Egipto la que contactó a la joven que tenía 21 años en ese entonces, después de ver unas fotografías de su trabajo con niños en una guardería en su perfil.

Se veían unas personas muy pudientes. Su perfil tenía la estrella azul que indicaba que eran una familia ‘verificada’ y recomendada por la plataforma, así que confié. Me enteré de que la señora con la que iba a trabajar era doctora, el esposo tenía un colegio, su papá era ministro y la mamá era una reconocida médica en El Cairo”, explicó.

Al enterarse que fue seleccionada para el trabajo, pensó que se ganó “la lotería”. Sin embargo, su sueño se convirtió en una pesadilla cuando llegó a una inmensa casa en El Cairo, donde fue conducida a un cuarto que tuvo que compartir con otras siete mujeres, tres de Nigeria y cuatro de Filipinas, que dormían en camas compartidas.

Eso no era un cuarto. La verdad, era prácticamente un depósito diminuto en medio de la casa gigantesca, que alcancé a ver desde afuera. Teníamos un solo baño para todas, cuando en la casa había seis tan solo en el primer piso”, recordó.

Explicó que en teoría había viajado a esa nación para cuidar al hijo de su jefa que tenía 5 años de edad, un empleo de 42 horas a la semana, con los fines de semana libres y acceso a un curso de idiomas.

Lo de las horas no se cumplió, pues me levantaba a las cinco de la mañana y terminaba mi jornada casi todos los días a las once de la noche, cuando el niño, finalmente, se dormía”, contó.

Asimismo, tampoco hubo días libres ni pago por el trabajo realizado. “No había descanso ni tiempo para mí. Ni siquiera la ropa que me ponía era la mía, la cual, a propósito, nos tocaba lavar a mano, pese a que había lavadoras en el hogar”, expresó.

Jiménez reconoció que fue difícil salir de Egipto porque, entre otras razones, siempre estuvo vigilada por un guardaespaldas. Añadió que logró establecer contacto con un grupo de venezolanas que también eran madres de niños que asistían a las mismas clases del menor de edad que cuidaba. Ellas la ayudaron a planear y a conseguir su escape.

De igual manera, comentó que también obtuvo el apoyo de la esposa del que era embajador de Francia en Egipto en ese momento, que la puso en contacto con la Embajada de Venezuela para facilitar su salida de esa nación. Relató que dejarle a su familia toda la información sobre las personas que la iban a acoger en El Cairo antes de partir también fue la clave para impedir un peor desenlace.

En la actualidad, Jiménez reside en Panamá, donde se graduó en Logística y Transporte Multimodal en la Universidad Tecnológica de Panamá y encontró un empleo que, asegura, le ha permitido vivir bien con su hermana menor. “Volver a mi país no era una opción. Entonces quería empezar de cero”, destacó.

Redacción Maduradas con información de El Tiempo.

También puede leer: 

¡TERRIBLE! Las amenazas de un hombre contra su expareja venezolana en Miami: “El teléfono te lo explotó 100% y a ti 1.000%, ¿oíste?” (+Fuertes videos)

Top