El líder opositor ruso Alexéi Navalni fue condenado a tres años y medio de prisión por un tribunal de Moscú por violar los términos de una sentencia por fraude en 2014 y la libertad condicional que se le había impuesto en ese momento, pues debía presentarse a las revisiones judiciales.
Reuters
La pena tuvo una rebaja de un año por el tiempo que cumplió arresto domiciliario, por lo que la pena quedó en dos años y ocho meses.
Luego de la sentencia, las autoridades desplegaron a funcionarios antidisturbios en el centro de Moscú y de San Petersburgo, ante la posibilidad de que se registren movilizaciones en apoyo a Navalni.
Durante el juicio, Navalni esttuvo haciendo gestos de cariño a su esposa, Yulia Naválnaya, y luego de la sentencia, cuando ella rompió en llanto, el líder opositor le dijo: «No estés triste, todo va a salir bien».
Es de recordar que el activista fue detenido cuando regresó a Moscú después de estar en Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento grave que sufrió en Siberia por el que ha responsabilizado al presidente, Vladimir Putin.
Desde la cabina de cristal donde se ubica a los acusados durante un juicio, el líder ofreció un discurso: «Por mucho que pretenda ser un gran geopolítico, su principal amargura es que pasará a la historia como un envenenador».
Desde hace varias semanas se venían registrando protestas multitudinarias en apoyo a Navalni, mientras que algunos países pedían su liberación, algo que no parece haber rendido resultados.
Redacción Maduradas con información de El País.
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