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¡SI SE PUEDE! Chúo Torrealba: Es hora de meter el hombro no por ‘este país’ sino por NUESTRO país

Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, está absolutamente convencido de que ésta es la hora del ciudadano venezolano, por lo cual considera como un error la actitud de aquellos que buscan «enconcharse» o vivir en una especie de exilio interior, observando distantes lo que pasa en el país.

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«Llegó la hora más bien de sumar y de meter el hombro», comentó directo en su verbo el también periodista, conocido popularmente como «Chúo», quien cumplió con una agenda de dos días en Valencia, en lo que fue su primera visita como coordinador del bloque opositor venezolano.

Muchos lo identifican como un activista de la comunicación comunitaria sobre los problemas de la gente, debido a sus recorridos por los barrios, cuya vinculación no ha perdido, ya que en su visita a Valencia, la agenda incluía actividades con sectores populares.

«Chúo» Torrealba transmite gran sencillez y en la primera impresión cae bien, no solo por su trato, sino por su manera de actuar, que lo hace sin mucho adorno, aunque no para de hablar cuando se le toca cualquier tema. Fue nuestro invitado a la sección Desayuno en la Redacción, adonde llegó listo para la jornada que lo esperaba el viernes, ataviado de pantalón jean, camisa manga corta, y una gorra que la sacó de su koala, cuando ya se retiraba, para seguir con su agenda. En su visita a la sede de Notitarde, estuvo acompañado del dirigente juvenil Carlos Graffe y de Gregorio González, de la ONG «Radar de los Barrios».

Hizo diferentes planteamientos en la conversación donde estuvieron presentes Laurentzi Odriozola Echegaray, director de Notitarde; Margarita Jiménez Márquez, mimebro de la junta directiva; Daniel Federico Degwitz, gerente de Finanzas; Humberto Torres, editor-jefe; Francisco Briceño, editor de las páginas de Ciudad; Daniela Chirinos y Marlene Piña.

– ¿Cuál es a profundidad su valoración del por qué aceptó ese reto de dirigir la MUD nacional?
– En primer lugar, agradecido de estar acá. Esta casa es muy cercana. Estaba recordando la última vez que estuve acá, cuando la marcha en solidaridad con el periódico. Para nosotros también es muy importante que un medio como Notitarde siga dando la batalla, no en contra del gobierno, ni a favor de la oposición, sino a favor del país, de la región y de la ciudad. Es complejo, en momentos en que desde el Estado se habla de un concepto tan antidemocrático como hegemonía comunicacional, ejercer un periodismo independiente y libre. Es muy complejo y ustedes asumieron ese reto.

«Yo estoy absolutamente convencido de que ésta es la hora del ciudadano venezolano. La naturaleza, amplitud y profundidad de la crisis que vive en estos momentos el país, es difícilmente exagerable. Ésta no es una crisis convencional, no es una crisis política, ni económica, ni de conflictividad social, es todo eso junto. Es también una crisis del proyecto de país que, en diversas versiones, hoy está demostrando su agotamiento definitivo, aquella idea del país rentista y del Estado que, prevalido de la palanca financiera del petróleo, podía disponer a su antojo, porque supuestamente quien está en el control del poder es quien sabe lo que le conviene al país».

«Cuando se produce el planteamiento de la posibilidad de que ejerciera la secretaría ejecutiva, y proviniendo de distintos factores de la alianza, que hasta hace poco tenían problemas para comunicarse entre ellos, pero coincidían en el planteamiento, nosotros lo evaluamos. No era la primera vez que nos planteaban el tema, pero siempre habíamos dicho que no, al igual que no era la primera vez que nos planteaban candidaturas a una alcaldía o una diputación, pero estamos en un nuevo momento de una crisis muy particular».

«Creemos que éste es el momento de promover, no solo la alianza entre los partidos democráticos, sino también con la ciudadanía no partidista, alianzas entre toda la sociedad democrática partidista y no partidista, y los sectores descontentos del oficialismo, que son los sectores sociopolíticos de más explosivo crecimiento en los últimos quince meses. Si para eso sirve este gesto, entonces vale la pena aceptar, y dijimos: «Sí, aceptamos», vamos pa´lante. Si esta situación llega al colapso, no habrá espacio para movimientos sociales autónomos. En situaciones de dictaduras abiertas no hay sindicatos libres, ni ONG en funcionamiento. Las ventanas o rendijas que aún existen también se cerrarían. Llegó la hora más bien de sumar y de meter el hombro, el ciudadano venezolano no puede ser espectador de la propia crisis. No podemos seguir hablando de este país, sino de mi país. No podemos ver la crisis venezolana como una película ucraniana o de cualquier otra latitud, esa suerte de desapego del ciudadano venezolano con lo que está pasando, observando como una especie de novela distante o espectáculo lejano.

-¿No teme a que sea un riesgo personal asumir en estos momentos la MUD?

– Sobre el tema de los riesgos, a mí mucha gente me ha dicho: «¡Caramba, ¿no le temes a lo que te pueda hacer el Gobierno?!». Muy humildemente, debo recordar que tengo 15 años en esta pelea. La primera respuesta de la sociedad venezolana contra el proyecto totalitario fue en el ámbito educativo, con aquella famosa frase: «Con mis hijos no te metas». Yo he estado enfrentando al descampado, no tengo tinglado institucional que me proteja. Detrás de mí no hay ni una alcaldía, ni gobernación, ni grupo económico, ni partido político. ¿Que si estoy expuesto a lo que me haga el Gobierno? pero es que siempre lo he estado. Sobre el tema de que me puedan quemar los partidos políticos, en primer lugar, creo que a los partidos hay que reivindicarlos, porque sin partidos no hay democracia y, en segundo lugar, ¿qué puede ocurrir, que me quemen? Es que yo no tengo carrera político partidista que cuidar. Yo no tengo atrás militancia política que me ate a ningún optimismo oficial, ni que implique solidaridad automática, ni odios heredados. Yo no quiero ser diputado, ni Presidente, ni gobernador. El único cargo público que me interesa, y no lo inventó esta Constitución, sino los romanos, es el de tribuno de la plebe. Y ese cargo lo ejerzo a plenitud, sin necesidad de pedirle permiso a nadie. ¿Qué me puede ocurrir? ¿Qué me quemen mi carrera política? Es que no tengo carrera político-partidista que cuidar. Desde este punto de vista, cualquier cosa que logre será ganancia, y cualquier riesgo que corra, en realidad, está inventariado. Aquí el asunto no es que se ilusionen o que se puedan desilusionar de la gestión que uno pueda desarrollar, a mí lo que me preocupa es que lleguemos a un estado absoluto de anomia desde el punto de vista político. Es decir, que aquí lleguemos en cualquier momento a una situación como la que vivió Argentina en algún momento, y que la consigna espontánea sea que se vayan todos. Cualquier persona que de manera madura y serena vea la escena política, sabe que no hay calle que funcione si no tiene un espacio político dónde cobrar los resultados de la movilización y que no hay diálogo político que funcione, sin calle atrás que la respalde.
Hizo referencia a que hubo un disenso en la oposición que llevó a no emitir opinión oportuna frente a situaciones extremadamente graves, desde el tema de la inseguridad, que este año se le puso cara, a raíz del asesinato de Mónica Spear, además del drama económico y el de la salud, al punto de que no hay Acetaminofén en las farmacias.

«Yo no quiero que la actual crisis se resuelva por desenlace, yo quiero que tenga una solución política, construida por los ciudadanos y para eso hace falta fortalecer la alternativa democrática, no plantearnos como opción ser mejor oposición, sino alternativa de Gobierno, lo cual implica estar a la altura de la crisis y de las expectativas de la sociedad. En este momento existe un Gobierno con un 80% de rechazo y una oposición en búsqueda de ese descontento, por lo que hay que redefinir el discurso en función de eso y accionar para que sea congruente. Yo llego a esta posición, porque los partidos están comprendiendo que el país está demandando al Gobierno que gobierne y a la oposición que se transforme en alternativa. Mientras un país le exige al señor Maduro Moros que gobierne, él anuncia que va a anunciar unos anuncios que algún día anunciará. Frente a ese tipo de respuesta que da el Gobierno, está la respuesta de la oposición.

-¿Está entre sus objetivos convencer a la gente que está desencantada y se quiere ir del país, y a aquellos que se comportan como si ya se hubiesen ido?

– Es así, de hecho, si no queremos que sectores de la ciudadanía se instalen en la resignación o emigración, hay que generar confianza. Ahora, hay que también tener claro que ese fenómeno de la emigración o exilio interior no es solo una respuesta afectiva o social a la crisis actual. Es más bien una expresión actual de uno de los rasgos culturales que nos ha traído esta crisis. Uno de los elementos más nocivos de la cultura petrolera en nuestro país, fue la tendencia a creer que se puede obviar la realidad de los dramas colectivos, porque se pueden encontrar los atajos y construir las soluciones de manera individual. Cuando nuestro excelente sistema de salud pública comenzó a dar señales de agotamiento, en vez de salir a luchar por su defensa, muchos ciudadanos se compraron una póliza de seguros, lo que trajo como consecuencia que las clínicas estén rebasadas porque el colapso general arrastró también al subsistema privado, igual pasó con el sistema educativo, y en todas las áreas. Cuando estamos en este nuevo escenario, se conducen como si ya se hubiesen ido, es decir, el tema del exilio interior. Es expresión de esa conducta de que frente al drama colectivo, yo busco una salida individual: «O me voy, o me enconcho». ¡No vale!, nuevamente es un error. La única salida frente al drama colectivo es construir soluciones colectivas, lo cual pasa por una dimensión social, económica y política.

-¿Qué expectativas tiene ante las elecciones parlamentarias del próximo año?

– En torno a las expectativas, no hay que ser Nostradamus para entender que hace cuatro años, con Chávez vivo, quien era el líder más importante en un sector, y con una crisis que no era tan evidente, sacamos el 52% del voto popular. En esta oportunidad, nuestro punto de partida es mucho más importante. Pero no es solo evidente para nosotros, sino también para el adversario, que tiene como principal estructura de poder la Asamblea Nacional y tiene una conducta cada vez más pugnaz, ya no se trata simplemente del discurso virulento, sino que reactivan el juicio a Juan Carlos Caldera, a Ismael García, intensifican la persecución contra Richad Mardo, y ocurre lo que ocurre con Berrizbeitia.

-¿Cuál cree que debe ser el método adecuado para la escogencia de los candidatos de la MUD a la Asamblea Nacional?

-Es evidente que será necesario utilizar ese mecanismo que resultó eficiente en el pasado, como fue la combinación de consenso con primarias. No tiene que ver con teorías organizacionales, sino con la vida real. Los circuitos llamados «lomitos», van a tener muchos competidores. Y esos circuitos habrá que solventarlos a través del mecanismo de las primarias, es decir, la consulta al elector. En otros circuitos, quizás sea mucho más probable el consenso o el acuerdo político. Yo en lo particular pienso que en los circuitos donde es menos probable el triunfo opositor, deberíamos hacer primarias precisamente para que sea una jornada de movilización, agitación y de construcción de expectativas. Hay un segundo aspecto que tiene que ver con la metodología que involucra más al ciudadano, como es la supervisión del proceso. Yo lo ratifico, es muy probable que la nueva Asamblea Nacional con amplia mayoría opositora, pueda ser la llave de la solución política a la crisis nacional, pero para eso necesitamos diputados que sean de diamante, no por lo gigante sino por lo duro, porque esos diputados van a ser objetos de presiones inenarrables, los van a presionar, amedrentar, intentar comprarlos, chantajearlos o extorsionarlos. Tienen que ser personas con una hoja muy limpia de servicio para que no tengan caída que la pueda agarrar el adversario. Un tercer elemento es que será el primer escenario donde se va a probar que la alternativa democrática es una fuerza de cambio serena, capaz de generar un cambio de verdad, en democracia, libertad y en paz. Creo que es demasiado importante o que quede claro que la oposición va a ganar la Asamblea Nacional no para salir de un gobernante, sino para salir de la crisis y para recuperar el perfil de la República. Pero creo que uno de los peores obstáculos es el triunfalismo. El señor Maduro tiene apenas un 30% de respaldo, pero ese porcentaje es mucho para un gobierno tan malo, Caldera gobernó con el 11% y con el barril de petróleo a 9 dólares. En este momento, el escenario más probable, es el de la victoria opositora, pero tenemos que tener en cuenta que competimos con un adversario formidable. Cada vez que nos enfrentamos en cualquier contienda electoral, no nos enfrentamos al candidato del partido de Gobierno, nos enfrentamos a los recursos de la maquinaria del Estado.

-¿Cuál es su opinión sobre la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente? 

-La Constituyente está prevista en la Constitución. El partido que la propone tiene todo el derecho de hacerlo, lo único es que no es consensual, ni en la oposición, ni en la sociedad. La realidad es que tenemos la cita parlamentaria. Yo no doy quince días para que todos los dirigentes de la alternativa democrática, incluyendo los dirigentes que proponen equis opciones, estén más bien preguntándose por cuál circuito van salir o en qué lista se van a meter, y me parece sano.

-¿Logró reunir a los partidos que integran la MUD para analizar el tema del nuevo secretario ejecutivo regional?.

-Soy un servidor de la unidad, de los partidos y de los liderazgos que la unidad ha ofertado al país. No estoy en la competencia. Lo mismo ocurre cuando vengo a Carabobo, yo no vengo a poner orden entre comillas, vengo a facilitar la construcción de consensos necesarios. El jueves se produjo una excelente reunión con una veintena de partidos, y tengo la certeza de que en muy breve plazo será anunciado, no solo el nombre del secretario ejecutivo de la MUD en Carabobo, sino también el nuevo plan de movilización a implementar en la región

-¿Cuál es su mensaje sobre los presos políticos y la situación de «Enzo» Scarano?

-Para nosotros la defensa de los presos políticos es un tema de principios. En el caso de Leopoldo López y de Daniel Ceballos nos resulta insólito que el Gobierno, que celebra como una gran victoria particular, el hecho de estar por quinta vez en el Consejo de Seguridad de la ONU en un puesto rotativo, que ya ha sido ocupado por países como Siria o Ruanda, no acate las resoluciones del comité de ese mismo organismo, lo cual da una muestra evidente de la falta de seriedad y de congruencia. En el caso de «Enzo» Scarano nuestro llamado de solidaridad, porque hasta por razones humanitarias, debería estar en libertad.

«Ésta es la hora del ciudadano venezolano»

El 23 de septiembre pasado, Jesús «Chúo» Torrealba ofreció una rueda de prensa -en la que se mostró por primera vez sin su icónico bigote- para confirmar lo que extraoficialmente se sabía, a partir de ese momento aceptaba el cargo como Secretario General de la Mesa de la Unidad Democrática. Su primer anuncio fue «la MUD se va pa´ la calle», a recorrer las zonas populares, a escuchar a la gene. Y eso fue lo que vino a hacer a Carabobo al cierre de esta semana.

Dos días duró su visita, que incluyó: Miércoles, 12:00 p.m. encuentro con el Valencia Press Club, 7:00 p.m. foro «En contexto» que ofreció junto a Luis Vicente León, Eduardo Porcarelli y Luis Chataing; jueves, 9:00 a.m. Desayuno en la Redacción en Notitarde, 11:00 a.m. foro «Retos de la Unidad» en el Colegio de Abogados, 4:00 p.m. asamblea con vecinos de Miguel Peña en el Club La Negra, 7:00 p.m. con vecinos de La Trigaleña.

Chúo está acostumbrado a trabajar con una agenda apretada, basta recordar su programa de televisión El Radar de los Barrios (cumplió un año fuera del aire el 14 de agosto), y el público, entre tanto, ya lo conocía en esta faceta. Lo novedoso, en todo caso, está en ver su desempeño como jefe de la coalición opositora. Lo común era esperar que, siendo éste un papel político, el discurso de Torrealba ahora estuviese cargado de promesas como si estuviese en campaña.

Sin embargo, muy a pesar del cargo en cuestión, a donde llega «Chúo» saluda a todo el que se le acerca muy respetuosamente -«cómo está», «que tal está todo» son sus frases recurrentes- con un estrechón de manos y mirando a los ojos; en las asambleas, son los vecinos quienes tienen la palabra la mayor parte del tiempo, Torrealba se concentra sobre todo en escuchar.

Y cuando toma la palabra, ocurre que: Primero, la entonación y los ademanes propios de los políticos en pleno mitin no existen en él; segundo, habla con tono suave de lo que ha podido constatar con sus propios ojos, como quien comparte experiencias con un vecino que padece los mismos problemas; su léxico carece de frases peyorativas o palabras rebuscadas; y no habla en primera persona.

En dos platos, «Chúo» Torrealba no está recorriendo el país para hacer «politiquería», sino para recordar a la gente que «ésta es la hora del ciudadano venezolano», de que tomen conciencia de la importancia de su participación en la vida política del país, en la construcción de una mejor Venezuela. A su juicio, es hora de hablar de «mi país» (con sentido de pertenencia) y no de «este país» (de forma despectiva).

Por otro lado, vale recordar que Chúo nació en Caracas (1958), es hijo de los dirigentes sindicales Laureado Torrealba (también directivo del PCV) y Marina Rodríguez. Su familia vivió en el 23 de Enero; luego, se mudaron al sur de Valencia, en la calle Urdaneta cerca del terminal viejo; después regresaron a la capital y fijaron su residencia en

Los Magallanes de Catia, y finalmente en Caricuao. Está casado y es papá de un par de morochos. Es profesor de Historia egresado del Pedagógico de Caracas y Licenciado en Comunicación Social graduado en la UCV.
La visita de Chúo Torrealba a Carabobo sirvió para redactar estas líneas. No obstante, es necesario que los ciudadanos se acerquen a las actividades en las que él participa y, como decía el propio Torrealba al cierre de sus programas «saque usted sus propias conclusiones».

Fuente: Notitarde.

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