El criminal nazi Klaus Barbie ayudó al capo Pablo Escobar y al Cartel de Medellín a impulsar el imperio de la cocaína.
La conexión de ambos delincuentes está poco documentada. La macabra alianza es que dejó paramilitares anticomunistas, rutas de tráfico de droga al mundo entero y negocios con el Vaticano.
Klaus Barbie, también es conocido como «Carnicero de Lyon», ese apodo se lo ganó a pulso, debido a que asesinó a más de 4.000 judíos, envió a 7.000 a campos de concentración y torturó a más de 14.000 miembros de la resistencia.
El carnicero nazi pasó de ser guerrero de Hitler a espía de la CIA y de ahí a uno de los aliados más importantes del narcotráfico.
Durante la permanencia de Barbie se unió a la SS, una organización militar al servicio del Führer, practicaba torturas físicas, sexual y psicológicas a sus enemigos.
Según el periodista Peter McFarren, quien ha estudiado al carnicero nazi, aseguró que su fribolidad esta tal que hasta despellejaba a las personas.
Barbie huyó junto a su familia al terminar la guerra, tomó un pasaporte falsó y se mudó a Argentina. Su nueva identidad era Klaus Altmann.
Altmann saltó a Bolivia, lugar donde impulsó varias dictaduras latinoamericanas y se convirtió en aliados de gobierno de derecha.
En la década de los 60 y 70 inició con el tráfico de drogas, donde conoció a Pablo Escobar, alias «El Patrón».
Redacción Maduradas con información de Infobae.