Cerca del mediodía de este 10 de enero, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, dio inicio al acto de juramentación de Nicolás Maduro para un segundo periodo presidencial asegurando que Venezuela es «un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia».
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A semejante perla le siguió una de similar tenor: «En el marco de un proceso soberano, Nicolás Maduro fue electo presidente constitucional de la República».
En su discurso, el magistrado se refirió a las elecciones presidenciales del 20 de mayo de 2018, que le dieron el «triunfo» a Nicolás Maduro, como a un acto «libre y ciudadano» y precisó que el mandatario fue electo con 67,84% de votos favorables.
«El 20 de mayo de 2018 el pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana y en un claro ejemplo de civismo, democracia y madurez política hizo uso de la herramienta del voto para decidir su destino (…) Para derrotar las pretensiones de quienes insistían en sumergir a nuestro país en anarquía y violencia», sostuvo.
Recordó, además, que dos días después de aquel proceso electoral «se hizo el acto de adjudicación, proclamación».
Por otro lado, y como para intentar bañar de legitimidad un acto tan criticado, repudiado y polémico, sentenció:
«El artículo 231 de la Constitución establece que el candidato elegido tomará posesión el 10 de enero del primer año de su período constitucional mediante juramento. Si no pudiese hacerlo ante ese ente lo hará ante el TSJ, dicha disposición constitucional determina las circunstancias en que debe tomarse la posesión».
Reitero que el 10 de enero es la fecha «que la norma constitucional ha fijado para la juramentación», que, como también lo dice la Constitución, debe realizarse en mutuo reconocimiento con la Asamblea Nacional. «Sin embargo, en los actuales momentos esa circunstancia es imposible de concretar, apuntó Moreno, quien explicó:
«La Asamblea permanece en desacato. En este sentido es pertinente recordar lo expresado por la Sala Constitucional: todos los actos de la Asamblea Nacional son nulos (…) Resulta evidente que las circunstancias autoincapacitan a la AN para ejercer las funciones que le son encomendadas, lo que representa un motivo para que se produzcan los efectos de la segunda alternativa».
En este sentido, añadió: «Ante el flagrante desacato se imposibilita que Nicolás Maduro pueda juramentarse en el Parlamento. En razón de ello se decidió convocarlo para que la juramentación se produzca ante el TSJ».
Redacción Maduradas
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