La Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, junto con otras fundaciones, presentaron una metodología para medir el progreso social de las naciones, en donde Venezuela ocupa una posición vergonzosa. Dicho proyecto estuvo liderado por Michael Porter, reconocido investigador de estrategia empresarial, desarrollo económico tanto de naciones como regiones, y estudioso de la aplicación de la competitividad empresarial a la solución de problemas sociales, de medio ambiente y de salud.
Muy importante de destacar, a diferencia del Índice de Desarrollo Social, el Índice de Progreso Social (IPS) no considera al Producto Interno Bruto (PIB) como una variable directa para su cálculo, esto es que considera que un PIB elevado no lleva, necesariamente, a una mejor calidad de vida. La riqueza generada por un país, sin adecuados mecanismos de redistribución no es garantía de progreso social. El crecimiento económico debe estar acompañado de servicios públicos adecuados y de inversiones en salud, educación y protección social.
Este ranking, liderado por Nueva Zelandia, Suiza e Islandia, tiene a Japón en el puesto 14 y a EEUU en el puesto 16. Por supuesto que sin generación de riqueza no hay progreso social, pero también es verdad que medirla a ella solo como sinónimo de desarrollo, es un error. En América Latina, Costa Rica es el país mejor posicionado; Cuba y Venezuela están en los últimos lugares de todo este índice, de acuerdo a la reseña del portal Noticiero Digital.
El IPS es un ranking que considera en total 53 indicadores los cuales están agrupados en distintas categorías y éstas en tres dimensiones medibles del progreso social:
- Necesidades Humanas Básicas
- Fundamentos del Bienestar
- Oportunidades.
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