Juan Carlos Flores un joven obrero que trabaja como cabillero en una obra de la Gran Misión Vivienda Venezuela en los Valles del Tuy, contó con gracia como fue víctima del hampa por partida doble.
Flores se trasladaba en una camioneta de pasajeros de la ruta Charallave-Ocumare en los Valles del Tuy, cuando fue abordada por antisociales.
“Todos nos pusimos nerviosos; algunos optamos por voltear la cara tratando de escapar de aquellos hombres que nos amenazaban con sus pistolas; otros, ya acostumbrados a estas situaciones, entregaron todo sin decir una palabra”, recuerda Flores.
Los viajeros fueron despojados de teléfonos celulares, zapatos, prendas y efectivo.
“Antes de montarme en la camioneta tuve un mal presentimiento; de hecho, pensé mucho en abordar la unidad, pues acababa de cobrar 32.000 bolívares”, cuenta.
Ese augurio lo condujo a comprar un pan andino donde “escondió” el dinero en efectivo que llevaba. Se sintió confiado. “Y hasta llegué a pensar que me la estaba comiendo”.
Cuando uno de aquellos tres delincuentes se le acercó, le dijo que no llevaba nada de valor, sin sospechar que el hampón le respondería: “Pásame ese pan, pana mío, que lo que tengo es hambre”·
Así fue como Flores se quedó sin el pan y sin la quincena.
Con información de El Pitazo
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