Para algunos habitantes de Miami, Estados Unidos, el botox se encuentra entre la categoría de cosas esenciales, y ahora tienen la opción de conseguirlo sin bajarse de sus vehículos.
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Un cirujano plástico de esa ciudad en el estado de Florida trasladó parte de su clínica al estacionamiento y desde ese lugar aplica inyecciones de botox a pacientes que previamente han hecho una cita en internet.
El pasado domingo 24 de mayo se realizó la primera jornada que resultó ser un éxito. Este próximo domingo se hará una segunda. La agenda se encuentra colmada desde la mañana hasta la noche.
“Cuando comenzó la cuarentena me realicé el estudio del COVID-19 desde mi automóvil en uno de los centros de exámenes drive-thru que montaron las autoridades. Mientras me lo hacía pensé que la misma modalidad podía usarse para las inyecciones de botox”, explicó a Infobae el doctor Michael Salzhauer.
Salzhauer se hace llamar el Dr. Miami. Además, es el dueño de una de las clínicas de cirugía plástica más reconocidas en el sur de la Florida, concretamente en la distinguida zona de Bal Harbour.
“Con el correr de los días, empecé a recibir pedidos desesperados de pacientes que querían realizarse procedimientos. Cuando las personas pasan dos y hasta tres meses encerrados en sus hogares, tienen mucho tiempo para analizarse en el espejo. Lo que más me pedían era botox y rellenos. Los rellenos son más complicados, pero el botox es tan sencillo que se podía hacer a través de la ventana de un vehículo”, precisó.
Con los nuevos protocolos ante la pandemia del coronavirus, un consultorio médico no puede atender a más de un paciente al mismo tiempo. Tampoco puede haber nadie en la sala de espera y el proceso de desinfección entre una persona y otra requiere varios minutos. En la modalidad “drive-thru”, el Dr. Miami recibe entre cuatro y cinco pacientes por hora.
Las citas se obtienen completando un amplio formulario en internet en el que el paciente debe especificar su historial médico. Después, la persona escoge qué tipo de procedimiento desea –puede ser la frente, las líneas de expresión al costado de la boca o las patas de gallo, a un costo de 300 dólares por zona-, paga y ya tiene su cita lista. El médico revisa las solicitudes, si tiene dudas sobre el historial clínico se pone en contacto con el paciente y sino directamente lo ve en el estacionamiento el domingo, indicó Infobae.
Cuando los pacientes llegan en su vehículo, una enfermera, que se encuentran cubierta de pies a cabeza, les toma la temperatura y descarta que la persona tenga síntomas de COVID-19. Si pasa la prueba, el siguiente paso es ver al Dr. Miami –también utilizando ropa y máscaras que lo protegen-, que en cinco minutos habla acerca de las expectativas del procedimiento y en diez minutos aplica las inyecciones. En un cuarto de hora, el paciente está listo para regresar a casa manejando.
“Sólo lo realizamos los domingos porque el resto de la semana tengo cirugías programadas”, resaltó ese médico cuyo particular servicio es único en el país.
Redacción Maduradas con información de Infobae.
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