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¡TE LO CONTAMOS! El mal rato que pasó un venezolano que emigraba a Madrid (+interrogatorio extremo)

Un venezolano, tan solo identificado como Jimmy y cuyo plan era emigrar hacia Madrid, haciendo una escala en París, Francia, contó su «mala» experiencia al salir de Venezuela a través del aeropuerto internacional de Maiquetía, donde fue interrogado por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana quienes al parecer dudaban que el joven viajara solo por turismo como indicaba.

Créditos: BuzzFeed

Luego de preguntarle por su profesión, motivo del viaje, entre otras interrogantes de rutina, los funcionarios preguntaron cómo logró el joven costear el boleto, así como el apartamento donde se hospedaría.

El joven explicó que los gastos fueron asumidos por un familiar en Francia, pero los funcionarios no lucían muy convenidos.

Los guardias le preguntaron a Jimmy si su plan era quedarse a vivir con su familiar, lo que el joven negó asegurando que solo iba de vacaciones.

Jimmy cuenta además que le preguntaron la cantidad de dinero que llevaba, en lo que tuvo que mentir por miedo a que le fuera incautado.

En su escala en Francia la situación no fue muy diferente. Luego de la preguntadera habitual, funcionarios llevaron a Jimmy a una oficina para una revisión adicional. Incluso le pidieron hacer una prueba de orina en el sitio para detectar si transportaba algún tipo de drogas.

En medio del ajetreo, no le sellaron su pasaporte en Francia, por lo que no tiene sello de ingreso a la Unión Europea.

A continuación su relato íntegro:

El 24 de septiembre a las 8:06 am salí para el aeropuerto internacional de Maiquetía, mi vuelo despegaba a las 4:25 pm, pero como ya sabemos debemos estar por lo menos unas 4 horas antes, yo por desconfiado, ya que no sabía cómo estaría el tráfico en La Guaira, salí mucho más temprano.

Llegué al aeropuerto, desayuné y a las 10 am me formé como todo mundo para pasar al check-in en la aerolínea Air France, obviamente había una cola inmensa, en su mayoría chinos. Después de un rato pasaron unos efectivos de la guardia nacional por las colas y seleccionaron al azar 3 personas, dentro de las cuales estaba yo. Con toda amabilidad me solicitaron que los acompañara con mi maleta a una de las mesas que tenían habilitadas para revisar equipajes, me dirigí hasta allá con ellos. Uno de los guardias me preguntó si tenía algún problema en que él rompiera el envoltorio de la maleta y revisara lo que llevaba y yo le dije que no, que revisara todo que él quisiera. a medida que sacaba mi ropa iba realizándome preguntas:

GNB: ¿Hacia dónde se dirige?

Jimmy: Voy para Madrid

GNB: ¿Que va hacer allá?

Jimmy: Voy de vacaciones

GNB: ¿Usted sólo?

Jimmy: Sí

GNB: ¿Tiene conocidos en Madrid?

Jimmy: No, a nadie

GNB: ¿Cómo compró el pasaje?

Jimmy: Me lo compró un familiar que vive en Francia

GNB: Usted tiene escala en Francia, ¿tiene pensado quedarse o verse con su familiar?

Jimmy: Quedarme no, pero sí me gustaría verlo, aunque sea de lejos.

GNB: ¿Lleva dinero en efectivo para cubrir sus gastos?

(Ojo yo sí llevaba euros en efectivo, pero le dije que no porque leí que ellos les quitan las divisas en efectivo, las prendas de oro y plata que llevan los pasajeros)

Jimmy: No, sólo llevo en efectivo 20 euros para pagar el bus cuando llegue a Madrid, todo lo demás lo llevo en mis tarjetas de crédito americanas.

GNB: ¿Cuánto tiempo piensa quedarse?

Jimmy: 16 días.

GNB: ¿Cuándo compró el boleto de avión?

Jimmy: No recuerdo, creo que el 28 de agosto.

GNB: ¿Qué fecha sacó el pasaporte?

Jimmy: Tampoco recuerdo, pero revise la fecha de expedición, lo tiene usted en la mano.

GNB: ¿A qué se dedica usted acá en Venezuela?

Jimmy: Trabajo para una empresa de confección de uniformes, soy el gerente.

GNB: ¿Tiene algo que pruebe o justifique lo que me dice?

Jimmy: Sí, precisamente acá tengo el recibo de mis vacaciones y una carta de trabajo.

GNB: ¿Cuánto tiempo tiene trabajando allí?

Jimmy: Tal como lo dice la carta, 3 años.

GNB: ¿Qué tipo de uniformes elaboran allá?

Jimmy: De todo tipo señor, menos los militares porque para eso se debe pedir permiso y cumplir con una serie de requisitos bien fastidiosos.

GNB: ¿Dónde se va a quedar allá?

Jimmy: En un piso que alquilé

GNB: ¿Lo alquiló usted?

Jimmy: Sí señor por internet todo se puede hacer a distancia.

GNB: ¿Tiene la Constancia del alquiler del piso?

Jimmy: Sí, acá la tiene

GNB: ¿Cuánto pagó?

Jimmy: No recuerdo, revise la carta, allí dice, creo que 600 euros.

GNB: ¿Cómo los pagó?

Jimmy: No los pagué yo señor, los pagó mi familiar desde Francia.

Una vez terminado el aburrido interrogatorio, volvió a colocar todas mis cosas en mi pequeña maleta y le pidió a otro funcionario que me llevara a envolver mi maleta nuevamente, fui y no hice cola, envolvieron mi maleta nuevamente, no tuve que volver, el funcionario me llevó a la cola y me pasó de primero, entregué mi maleta a la aerolínea y fui a pasar seguridad (detector de metales donde te quitan los zapatos y todo), ahí sin novedad.

Después pasé para que me chequearan y sellaran el pasaporte, les confieso que estaba asustado porque ya había leído a que a muchas personas le sale anulado el pasaporte, gracias a Dios no fue mi caso.

Luego pasé a la sala de espera del aeropuerto internacional, toda una odisea, esperé 4 horas y cuando nos tocaba hacer la cola para abordar el avión llegaron otra vez algunos funcionarios a llamar a personas para revisarles el equipaje de mano, gracias a Dios yo no salí seleccionado esta vez.

Abordé mi avión y con lágrimas en los ojos dije adiós a mi gente querida y a mi Venezuela.

Pasadas 9 horas, llegué a París, saliendo del avión había funcionarios franceses pidiendo en diferentes idiomas a todos los que bajaban de la aeronave que les mostraran los pasaportes y les preguntaban de dónde venían, para dónde iban, qué iban a hacer allí, con quien viajaban, cuánto dinero traían consigo, entre otras cosas.

Cuando tocó mi turno, me sacaron de la cola y me colocaron a un lado donde otro funcionario francés me interrogó nuevamente (en un español casi perfecto), me hizo otra vez las mismas preguntas y ahí, todo cambió.

Me montaron en un carro y me llevaron a una oficina donde me esperaba mi maleta, se colocaron unos guantes, me preguntaron si estaba de acuerdo en que me revisaran mi equipaje, les dije que sí, con mucho cuidado abrieron y revisaron igual que lo había hecho el funcionario de Venezuela en Maiquetía, después me dijeron que llenara y firmara unas formas que me dieron escritas en español, donde me decían que yo estaba dando mi autorización para que me realizaran exámenes de orina, rayos x , firmé dando mi autorización, me llevaron a un baño, me dieron un envase para que les diera un muestra de orina, uno de los funcionarios se quedó conmigo para constatar que la orina será realmente mía, le entregue la muestra, en mi presencia le añadieron unos químicos y me dijeron, “Listo señor, sigamos”.

Cuando llegamos a la puerta allí me esperaba otro funcionario, que tomó mi maleta, la subió al mismo vehículo donde me trajeron y me llevó a donde estaba el avión, me dijo que lo acompañara, subimos y conversó con una señora que con mi pasaporte coloco algo en su computadora y se entregó al señor que muy amablemente me acompaño a abordar el avión que me traería a Madrid, se despidió y me dijo buen viaje, y así , bastante asustado, pero tranquilo subí y volé hasta donde tenía que llegar: Madrid.

Luego de estar en Madrid, me di cuenta de que con el trajín no me sellaron el pasaporte en Francia, por lo que no tengo sello de entrada en la Unión Europea. Ahora no sé qué hacer, con eso. Supongo que iré a extranjería a preguntar.

Quise compartir mi experiencia con ustedes porque cuando nos toca salir pensamos y nos imaginamos tantas cosas que no tiene nada que ver la realidad es normal tener miedo, es normal temer a lo desconocido, pero lo que no es normal es rendirse, así que adelante mi gente, sí se puede.

Y también debo decirles que siempre pedí a dios que me ayudara, que tuviera misericordia de mí y no permitiera que tanto esfuerzo, tanto sacrificio se vea frustrado por una deportación…. Y gracias a Él, a su misericordia, todas las puertas se me abrieron y vinieron a mí todas las palabras que necesité decir en su momento.

Redacción Maduradas con información de YoEmigro.

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