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¡TE LO CONTAMOS! Lo que dice el lenguaje corporal de El Aissami en el video en el que aparece respondiendo los señalamientos de EEUU

El analista de lenguaje corporal Jesús Enrique Rosas estudió el video con el que Tareck El Aissami rechazó que Estados Unidos lo incluyera en su lista de los fugitivos más buscados por la justicia de ese país.

Capturas

El funcionario chavista aparece en el audiovisual en la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, mejor conocida como represa del Guri. Desde allí envió sus advertencias.

Rosas explica en un hilo de Twitter que El Aissami, en un intento por mostrarse fuerte, deja ver, más bien, sus debilidades e inseguridades.

«Las tomas lo presentan como teniendo el poder del caudal del Caroní -y psicológicamente, poder sobre el suministro eléctrico del país. Pero la primera vez que lo nombra: ‘El majestuoso Caroní’, se le escapa un gesto de desdén con la mano izquierda. En realidad no le importa«, explicó el especialista.

Rosas también considera que el pobre uso del lenguaje de El Aissami, lo cual acompaña con pausas innecesarias, solo denota soberbia.

Critica que  los gestos del funcionario, a pesar de su experiencia como figura pública, son de aficionado: tales como las manos en el pecho o las manos en cúpula. «Dios mío, estamos en 2019. Desde hace siglos esos gestos han perdido su potencia y parecen de político barato».

«Llama la atención las veces que voltea mientras habla. Hago una distinción: cuando la gente voltea porque algo le distrae (como en este caso, el caudal), o voltea por nervios o inseguridad. Volteó 20 veces a lo largo del video, y más del 50% fue por nervios«, agregó.

Ni siquiera cuando habla de la «voluntad firme del pueblo» demuestra seguridad, pues busca con los ojos las palabras. «No está convencido de que esa voluntad lo respalde», dijo.

«El punto de mayor ansiedad es al decir ‘leales con nuestro hermano presidente obrero Nicolás Maduro’. La frecuencia de parpadeos se dispara, así como los movimientos oculares. Realmente se sintió incómodo al decir esa frase. Dicha lealtad no es muy sincera que digamos», añadió.

Y luego llega el momento de mayor inseguridad ocurre, según Rosas, cuando pone la mano sobre una baranda: «Noten que la mano baja sobre la baranda no como un apoyo casual, sino para aferrarse de algo. Al mismo tiempo traga saliva y evade la mirada hacia el sol. Tanto es el nivel de estrés que prefiere encandilarse«.

Redacción Maduradas

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