Keilyn y Jhoana son dos venezolanas que decidieron junto a sus familiar abandonar el país, ante el avance de la crisis humanitaria, provocada por el chavismo. Sin embargo, confiesan que la vida como migrantes es dura y además costosa.
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«Pago junto a mi esposo, el arriendo, trabajamos para pagar casi el 80% de lo que ganamos en arriendo y servicios que es lo más costoso aquí en Colombia», comentó Jhoana Aguiar de 25 años a Noticiero Digital.
Los esfuerzos han rendido frutos. Ella ahora vive en el barrio Santa Mónica, que compara con la urbanización Las Mercedes en Caracas, pero relató que cuando emigró tuvo que trabajar vendiendo en la calle y fue víctima de xenofobia.
«Lo peor que he tenido que hacer es vender bebidas energética en un semáforo. Hoy alquiló motos para ponerlas a trabajar en empresas y gano 1.300.000 pesos, pero la xenofobia es mucha, ya nosotros pasamos lo más difícil, pero sí fui víctima de rechazo y con la cantidad de venezolanos que se han venido eso se ha incrementado, para los que llegan ahorita es prácticamente imposible encontrar trabajo siendo venezolano», dijo.
Por su parte, Keilyn González, contó que abandonó Venezuela en 2018, es hija de padre colombiano y casada con un colombiano. Indicó que vive en el barrio Tricentenario a una estación del terminal de Medellín. También manifestó que gran parte de lo que gana se le va en servicios y arriendo.
«Nosotros pagamos de arriendo 350 mil pesos, 200 mil pesos en servicios, 60 mil pesos de wifi y 25 mil pesos en gas, lo que da un total de casi 640 mil pesos. En comida gastamos máximo 250 mil pesos quincenal», acotó.
Redacción Maduradas con información de Noticiero Digital
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