Javier Fernández, un tachirense que lleva dos años residenciado en Caracas, relató su experiencia durante el partido del Caracas Fútbol Club y el Deportivo Táchira en el estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela el pasado domingo 7 de noviembre.
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El Pitazo.
El joven sufrió un altercado con fanáticos del Caracas F. C. que le dejó dos costillas rotas, fractura de nariz y politraumatismos.
En esta trifulca murió el aficionado Pedro Javier Guzmán Perdomo, de 30 años, quien sufrió una fractura de cráneo y politraumatismos generalizados, presuntamente la víctima estaba en estado de ebriedad y cayó por unas escaleras, aunque sus familiares denunciaron que fue golpeado.
Fernández destacó que aunque es aficionado del Deportivo Táchira fue con un amigo a ver el partido y no llevaron prendas de vestir alusivas al equipo.
«Llegamos al estadio un poco tarde y ya había iniciado el partido. Afuera había muchos cordones de seguridad, eso nos tranquilizó. Nos sentamos en la parte central de las gradas y a los minutos nos percatamos que había personas que no estaban viendo el partido si no hacia el público, ellos se daban a la tarea de identificar», señaló en una entrevista ofrecida a El Pitazo.
Luego recuerda que una persona les preguntó de qué parte del país eran, le respondió que del estado Táchira y el sujeto les pidió que se fueran de una forma alterada.
«Enseguida empezó a hacer señas a los otros ‘sí son’ y decidimos irnos pero nos persiguieron. Le pregunté a una muchacha de protocolo si no había policías cerca, me dijo que no, que corriera. Cuando comenzamos a correr venía otro grupo de frente y nos rodearon, empezaron a golpearnos y patearnos», explicó.
Sobre el suceso agregó: «En medio de la golpiza alcancé a ver que la policía estaba del lado de afuera. Intenté escapar nuevamente y uno de los hombres que me golpeaba me dijo: ‘Quédate quieto que te vamos a matar’. Recuerdo súper claro el rostro, y yo en ese momento no sé de donde saqué fuerzas, lo empujé para salirme de su poder y corrí a escalar la reja que me separaba de los uniformados… Me subí a la cerca y me lancé, caí sentado casi frente a la policía. Ninguno de ellos me ayudó, de hecho, una mujer uniformada me dijo: ‘aquí hay agua para que se lave’, eso fue lo único que me ofrecieron. Había una ambulancia, pero no me invitaron a llevarme a ningún lado».
Sobre su amigo, a quien identificó como Óscar Novoa, destacó que lo arrastraron cuando ya no podía defenderse, le robaron su teléfono, lo cargaron hasta la salida y lo dejaron tirado allí diciéndole a la policía que era un ladrón.
«En el camino hacia mi carro me encontré a un guardia que me preguntó qué me pasó. Al escuchar mi acento hizo una mueca como si fuera normal, que triste que normalicen esas cosas. Mi amigo y yo nos fuimos golpeados y desorientados a Salud Chacao... A este centro de salud llegaron otras personas que fueron heridas en el juego. La mamá de un joven contó que al muchacho le partieron la cabeza y cuando ella intentó defenderlo le dieron una cachetada», dijo.
Redacción Maduradas con información de El Pitazo.
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