Hérnan Mendoza es un profesor de natación de Puerto Ordaz, en el estado Bolívar, señalado de abusar sexualmente de sus alumnos.
Sofía Jaimes
En esta oportunidad, las supuestas víctimas, como Jhuanna Pino, explicaron su experiencia con el profesor, pues fueron varios años los que pasaron bajo la formación de Mendoza.
Pino aprendió a nadar cuando tenía 5 años, Mendoza le enseñó técnica y disciplina, fue su entrenador por casi siete años en el Centro Italo Venezolano de Guayana, donde debían tener constante comunicación y contacto físico durante cinco días a la semana.
Según la joven, la relación con su entrenador fue muy cercana, pero a los 11 años todo cambió. Un día Mendoza supuestamente la besó en la boca, ella forcejeó y se escapó, se escondió en el baño y luego se lo contó a su madre.
“El beso significó un quiebre. Pero antes de eso me había tocado los genitales bajo el agua, durante semanas. Yo forcejeaba mientras nadaba porque no me sentía cómoda, pero no entendía realmente lo que estaba ocurriendo. El beso fue determinante para entender que nada de lo que estaba ocurriendo era normal”, contó Pino desde Miami.
La víctima ahora tiene 27 años y explica que Mendoza se ganó su confianza siendo un buen entrenador:
“Cuando empecé a trabajar con él era todo muy normal, muy agradable. Él creó una confianza realmente grande entre nosotros. Esto garantiza que las niñas no vayan a hablar”.
Sin embargo, lo que hizo para evitar que ellas hablaran no sirvió, también Natasha Gómez, de 27 años reveló su experincia con el profesor de natación.
Desde Bogotá, contó que Mendoza era su profesor en el Colegio Gonzalo Méndez de Puerto Ordaz desde los ocho años, pero cuando cumplió 11 o 12 comenzaron unas clases nocturnas donde la relación entre ellos cambió.
“Un día yo estaba nadando y él entró a la piscina para ayudarme a perfeccionar una técnica. Me puso a flotar boca abajo sujetando una tabla. Empezó a recostar su miembro en la zona de los glúteos, poco a poco empezó a meter su mano por mi traje de baño en la zona genital bajo el agua. La cercanía con él me incomodaba desde mucho antes que eso ocurriera. De hecho, ese día, cuando me dijo que se iba a acercar, me sentí mal inmediatamente”, explicó.
Ella asegura que salió de inmediato de la piscina, y él le insistía que volviera a entrar a la piscina.
“Volví a clase una vez más y me sentí tan mal que no pude volver más. Vivía con mis abuelos y simplemente les dije que ya no quería ir”.
También María supuestamente fue víctima de Mendoza, cuando cumplió 12 años comenzó a escaparse de las clases de natación porque se sentía incómoda con el profesor, no sentía valor para hablarlo con su familia, hasta que su hermana menor presenció cuando el profesor tocaba a la joven bajo el agua y lo dijo en el sitio.
La familia hizo la denuncia en el departamento de natación del Club Italo Venezolano de Ciudad Guayana.
“Nunca lo botaron. Yo soy accionista de ese club y lo vi ahí por un tiempo más. Él era una persona por encima del agua, y por debajo era otra”, sentenció.
Redacción Maduradas con información de Cinco 8