Cambiar de país es sin duda decirle adiós a cierta parte de ti, de tus costumbres, de tu cultura y de tu manera de comunicarte con el mundo. Lo que en tu entorno podría considerarse normal, en tu nuevo lugar de residencia podría causar toda una sensación.
Desde la manera en que comes hasta el tono en el que hablas pueden hacer la diferencia dentro de la sociedad en la que decidas empezar a desarrollarte. Lo importante es que entiendas que a pesar de que debes someterte a un proceso de adaptación, no es necesario que dejes atrás lo que por tantos años te identifico y te hizo sentir cómodo.
A continuación te presentamos una lista de 10 costrumbres venezolanas que debes aprender a moldear una vez que emigres a un país como España:
1. Saludo a dos besos
Aunque los europeos no sean etiquetados como simpáticos, a diferencia de los venezolanos, suelen dar dos besos al saludar. Uno para cada mejilla. Ahí es cuando viene lo incómodo para algunos que por rapidez incluso pueden llegar a rozar la boca del otro, por falta de costumbre o con propósito. Hay de todo.
2. La misma cosa con distinto nombre
Hay palabras que comienzan a hacerte ruido. Algo normal si nunca llegaste a escuchar referirse a un carro como coche, por ejemplo. Y ni hablar cuando se trata de las frutas, a nuestro limón le dicen lima y a la parchita Maracuya. Por otro lado, Los Muppets son los Teleñecos (muñecos de la tele), el Ludo es el Parchís, los teléfonos son móviles y las computadoras son ordenadores.
3. La manera de hablar
Los venezolanos estamos acostumbrados a decir Mi amor, mi vida, mi cielo, mientras que en España, lo más que te pueden decir es Mi niña(o) o Cariño. Si, aunque no son la mayor fuente de simpatía en el mundo, suelen ser muy amables, aunque de cierto modo su comunicación la mayoría de las veces sea tajante.
4. La fe en Dios
Las iglesias solo están abiertas cuando es hora de misa, de resto no hay lugar para Dios. La mayoría de las personas tienden a no tener creencias religiosas o simplemente no hablar de Dios. Incluso es usual escuchar insultos en el que hacen referencia a la hostia o al mismo Dios. Aunque como bien dicen, en la viña del señor hay de todo y hay españoles, casi siempre mayores, que se declaran cristianos.
5. La bendición
Para los que viven en España escucharte pedir la bendición es toda una sensación. El que la pide es porque es venezolano o en su defecto latino. De resto, nadie más puede entender su significado y tradición en nuestras costumbres.
6. Cambios en los alimentos
En las fiestas ya no habrá tequeños, no señor. Aunque hay masa con qué hacer las arepas, no podrás rellenarlas con queso llanero. Las chucherías no son las mismas, aunque eso no quiere decir que las nuevas no te van a gustar. El Toddy, lo sustituirás con Colocao y así una lista interminable alimentos que antes consumías y que ahora no volverás a ver.
7. El uso de la moneda
El bolívar, claramente, es distinto al euro, por lo cual cuando empieces a cobrar dinero por algún trabajo hecho te costará entender el manejo de la nueva moneda a la que te enfrentas. Una en la que las monedas si sirven para comprar leche, pan y demás en el mercado. Una en la que los céntimos cobran valor.
8. El Cumpleaños
Algunos te verán feo, te sacaran la lengua, otros se entusiasmarán y cantarán contigo, pero por favor no pierdas la tradición del cumpleaños venezolano. Sabemos que puede que sea el más largo del mundo, pero no importa. No hay nada como decir: ¡deseo que pases esta noche haciendo pipi, con los pañales que te di, que los compré en el Sambil con la tarjeta Mercantil!
9. Confianza en exceso
Mientras tú te aseguras de que tu carro –o coche– quede bien cerrado e impenetrable para cualquier ladrón, verás a muchos españoles tranquilos y cómodos dejando sus ventanas abiertas a kilómetros de donde van a estar, aunque por supuesto, como en todo país también hay inseguridad, pero el nivel de alerta no puede compararse a nuestra actual situación en Venezuela.
10. El español, español
No solo las frutas y las cosas son llamados de maneras distintas, hay palabras que siendo escritas exactamente iguales que en Venezuela se pronuncian de manera distinta. Que no se te escape un video en vez de vídeo o Nestlé en vez de Nest-lé. Y ni pensar lo que piense Shakira al escuchar que le llamen Sakira.