Nada sorprende cuando se trata del presidente de la República, Nicolás Maduro, quien no solo se ha cansado de hacerle la vida de cuadritos a su gente en el sector económico, social y político. También se ha burlado de la necesidad y ha creado chistes (muy malos, debo decir) que han pegado al corazón de muchos, pues la crisis venezolana tiene al país entero padeciendo.
Composición Maduradas: AFP / Reuters
No olvidemos aquella carcajada que soltó sin reparo en pleno acto televisado cuando se refirió a la “dieta de Maduro”. De igual manera, quedará para la historia el comentario a media sonrisa sobre el joven que se desnudó en una de las protestas antigubernamentales.
“No tienen límites para la ridiculez. Menos mal que no se le cayó un jabón porque hubiese sido detestable esa foto. Horrorosa”, dijo en aquella oportunidad conteniendo la risa.
Este mismo tipo de insulto lo ha aplicado el mandatario nacional cada vez que tiene oportunidad de “menear la chapa”, una actitud que, cabe destacar, ha sido repudiada en el ámbito mundial y ha sido considerada de indolente, ya que con semejante pobreza, escasez y miseria, los venezolanos sienten que no tienen motivos para celebrar.
Sin embargo, Maduro ha confirmado que su poder de fingir demencia es más fuerte que el odio, y este sentimiento se ha encargado de restregárselo al país cuantas veces le ha salido del forro. Para muestra un botón:
Maduro se dio “hasta abajo” con un grupo de jóvenes
A pesar del desgano de los venezolanos y las constantes críticas y batuqueadas al máximo gobernante, Nico se repone, saca su mejor lado juvenil y se tira un paso. Esto ocurrió en el mes de abril. Pareciera que al jefe de Estado le da igual la inflación y la hambruna que, para ese entonces, ya era bastante grave.
85 asesinatos y él pata ‘e bola
Las protestas contra el régimen fueron tiempos de zozobra y mucha tristeza para Venezuela. A principios del mes de julio se contabilizaron 85 muertos, pero una vez más, Nicolás aseguró en cadena nacional que las guarimbas no iban a acabar con la revolución, así que decidió echarse una bailadita con la «primera combatiente» Cilia Flores (para variar).
Arriba la Constituyente
Mientras miles de personas lloraban de indignación por las vidas inocentes que arrebató el gobierno durante las manifestaciones, el presi solo tenía un foco: La Asamblea Nacional Constituyente y el fraude electoral. A estas alturas solo le quedaba aparentar que todo estaba “en completa normalidad”.
Calipso con Cilita “la bonita”
A mediados de año las barricadas contra la dictadura y la lluvia de lacrimógenos se apoderaron de cada rincón. El sol no se podía tapar con un dedo, pero Maduro fingía (y lo hace muy bien) bailando al ritmo del calipso con la primera dama, Cilita “la bonita” Flores -como se ha aventurado a calificarla en par de ocasiones-. No faltó la acostumbrada agachadita y esa particular sonrisita de sarcasmo.
Pese a crisis bailó en tremendo evento del gobierno
Este año la crisis política se agravó cuando la exfuncionaria Luisa Ortega Díaz denunció la ruptura del orden constitucional. La guerra se declaró de inmediato al Estado, los venezolanos consideraron las palabras de la exfiscal como un motivo contundente para exigir la restitución de la democracia y tomaron las calles. Mientras esto ocurría, Maduro se dedicó a hacer lo que mejor sabe.
Baila mientras su gente se desangra
Este video se viralizó en las redes y en medios internacionales. Moros fue duramente criticado por echar un pie cuando habían centenares de personas afectadas en las protestas: Muchos se desangraban, y otro grupo se ahogaba con las bombas vencidas que el Ejecutivo mandó a comprar en Brasil.
Celebró su cumple al ritmo de Bonny Cepeda
Por todo lo alto se celebró este año el cumpleaños #55 de Nicolás Maduro, ese día no importó crisis, deuda externa y tampoco hiperinflación. El chavismo soltó su buena platica y trajo al país al reconocido merenguero Bonny Cepeda para hacer catarsis y rumbear un ratico. El resto, que está pasando trabajo del bueno, que se los coma el tigre.
Redacción Maduradas