Doce viviendas se desplomaron el viernes en la madrugada en la calle El Carmen de Monte Piedad, a pocos metros del Cuartel de La Montaña de la parroquia 23 de Enero.
A las 3:00 am se produjo un deslizamiento de tierra por la ruptura de la tubería de aguas blancas que debilitó el terreno sobre el cual reposaban las casas que cedieron. Los 12 grupos familiares que quedaron damnificados por el derrumbe fueron trasladados en un autobús a Fuerte Tiuna. Allí les asignaron apartamentos de la Misión Vivienda.
Cerca de 50 hombres, entre funcionarios de Protección Civil Miranda y Bomberos del Distrito Capital, desalojaron de forma preventiva a otras 12 familias.
María Alejandra Betancourt fue una de las personas que tuvo que desocupar su casa por un período de tres días, mientras los organismos de rescate evalúan si reportan daños y si la zona es habitable. «A las 3:00 de la mañana un estruendo me despertó, escuché gritos y quejidos de mis vecinos pidiendo ayuda. Cuando salí a preguntar, una vecina me dijo llorando que su casa se había caído; lo perdí todo. Solo tuve tiempo de levantar a mis hijos y sacarlos. A la mayoría no le dio tiempo de sacar ni siquiera la ropa. Solo había chance de correr para salvar sus vidas», contó la residente.
Betancourt comentó que por causa de lo ocurrido los servicios de agua y luz fueron suspendidos en la zona. Ayer en la tarde enviaron a funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana para que custodiaran las casas que fueron desocupadas temporalmente. Representantes del Gobierno del Distrito Capital ofrecieron a este grupo de personas desalojadas que ocuparan los galpones del estadio de La Planicie o que se mudaran por tres días a casas de familiares o amigos. «Me iré a casa de un primo porque no pienso pasar trabajo en un refugio. Solo pude sacar algunas prendas de vestir para estos días. Mi casa también tiene daños, tiene fracturas en el piso y las paredes. No sé si podré ocuparla nuevamente», refirió Betancourt.
Los afectados denunciaron que el debilitamiento del terreno es un problema de vieja data. «Desde hace dos años ha venido cediendo por el bote de aguas blancas. Hidrocapital hizo unas reparaciones y algunos habitantes construyeron muros de contención para detener los derrumbes, pero no todos pudimos invertir en ese trabajo y estas fueron las consecuencias», dijo.
Con información de El Nacional.