Esta es la historia de un venezolano que, a causa de la crisis, recogió “sus macundales” y viajó a Perú con la idea de tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, muchas veces la suerte en el “exilio”, se encuentra con el tiempo, de lo contrario, es conveniente cambiar de destino.
Capture video
Al menos eso cuenta Carlos Caguana, licenciado en Letras, quien con profunda decepción narra que “se las vio negras” una vez que piso suelo peruano.
“El tema en el exterior es tener un contrato de trabajo. Entre otras cosas, te dan un carnet de solicitante de refugio y con ese carnet te hospedas tres meses hasta que se te aprueba tu solicitud. Una vez que lo tienes, eres apto para trabajar. Pude sobrevivir unos meses sin trabajo pero el dinero se agota. En Cusco tuve dos trabajos, uno de ellos era de venta pero las ventas llegaron prácticamente a cero. La empresa se fue a otra ciudad, comencé a perder cosas, dinero, y ya no tenía nada, hasta que un amigo me dijo para vivir en Lima”, confesó a través de su canal de Youtube.
Agregó que, ya estando en Lima, fue víctima de un robo en un restaurante; en otra ocasión, estando en una residencia, varios antisociales ingresaron a la fuerza y se llevaron sus pertenencias; en otra oportunidad, tuvo la desdicha de pasar por un fatídico robo con pistola.
En Venezuela, Caguana daba clases particulares de francés e italiano y además sobrevivía con el dinero de sus trabajos de corrección.
Escuche su historia completa:
https://youtu.be/fDV2GpNXclo?t=4m35s
Redacción Maduradas
Puedes leer también: