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¡ASÍ ES LA DIÁSPORA! Venezolanos lo cuentan todo: Lo bueno, lo malo y lo feo de emigrar a Perú

Hasta hace poco, los peruanos estaban acostumbrados a que algún allegado dejara su país para hacer una nueva vida en otra nación. Ahora se adaptan a una realidad inversa: la masiva llegada de venezolanos a Perú.

Foto: El Impulso

Las cifras oficiales contabilizan 330.000 venezolanos en ese país; diariamente ingresan 3.000 criollos y solo unos pocos salen.

Johan Escalante es actor. Salió de Caracas hace más de cuatro años para ir a Lima, pasó unos meses en Ecuador pero ahora se gana la vida dando clases de actuación.

Antes de estabilizarse en su carrera, recorrió un duro camino: vendió comida en la calle, cantó en los buses, pintó casas, lavó carros y se desempeñó en cualquier oficio que pudiera permitirle algunos ingresos. Recién llegado a tierras peruanas fue víctima del hampa. Pero su suerte cambió cuando se postuló a un taller de teatro donde fue aceptado. Casi lo abandona por los altos costos, pero el director decidió darle una beca.

Aunque ahora está agradecido con las oportunidades que Perú le ha dado, reconoce el rechazo de algunos hacia la comunidad venezolana en ese país que va en aumento:

«Sí, es cierto que entre gente muy trabajadora ha venido gente con vicios que nos deja mal a la gran mayoría que ha venido a trabajar honestamente… Y también le diría a los peruanos que nos critican que tengan un poco de memoria y recuerden que esto es cíclico, en los ochenta y noventa muchos se vieron obligados a salir de su país», dice.

Perú no está acostumbrado a recibir inmigrantes. A mediados del siglo XIX llegaron cerca de 100.000 chinos y a principios del siglo XX, unos 25.000 japoneses que, según el historiador Juan Luis Orrego, también tuvieron su parte de rechazo de los locales.

«El peruano culturalmente ha sido receptivo positivamente al europeo o al hombre blanco, que también puede ser norteamericano. En cambio, en los otros casos de migración, siempre ha habido problemas. Hay un prejuicio respecto al que no es germánico, anglosajón. ¿Por qué? Porque lamentablemente somos un país donde todavía funciona el racismo, la discriminación«, explicó Orrego.

El 89% de limeños considera que el Perú es una nación racista, de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Diversidad Cultural y Discriminación Étnico–Racial, realizada en 2017.

Por su parte, Miguelina Falotico, una arquitecta que ahora cuenta con un restaurante de comida venezolana en Perú, considera que se vio obligada a irse de Venezuela: «Como que unos delincuentes entren a tu casa y te sacaran a la calle sin nada más que lo que llevas puesto y sin la opción de regresar», explica.

Agradece poder caminar sin miedo por la noche y poder conseguir productos básicos, pero también extraña a su familia y amigos. Ha experimentado comentarios negativos que prefiere minimizar y asegura que su experiencia en Perú ha sido buena.

Llegó a Lima junto con su hija el 24 de diciembre de 2016 y por ahora descarta la posibilidad de regresar a Venezuela: «No sabría cómo vivir en esa realidad, te matan si vas en carro, por tener carro, te matan si vas a pie porque no tienes carro».

El doctor en Economía, Hugo Ñopo, considera que la ola migratoria venezolana otorga un panorama positivo: «Los venezolanos llegan con talento y habilidades, al insertarse en el mercado laboral mejorarán la productividad y eso le hace bien al país«.

Explica que pese a no ser un país «maravilloso», las condiciones económicas y laborales han mejorado mucho y es por ello que llegan los venezolanos a sus tierras.

«Esta migración podría proveer mano de obra adicional en algunos sectores donde hace falta y, en otros casos estos, podrían optar por realizar actividades de autoempleo», sostiene la directora de Migración Laboral del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTP), Diana Ángeles Santander.

En lo que coinciden Johan Escalante, Miguelina Falotico y los expertos consultados, es que tanto los venezolanos como los peruanos pueden aprender de esta convivencia.

Redacción Maduradas con información de Infobae.

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