Mientras los casos confirmados de covid-19 continúan incrementándose de forma acelerada en todo el país, con el Distrito Capital como epicentro de contagios, una médico venezolana relató cómo fue su experiencia al intentar que un familiar con síntomas relacionados con el virus recibiera atención especializada en un centro de salud, sin éxito.
Reuters
La mujer, identificada como Yanitza Quintero y egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), contó que el pasado domingo 02 de agosto recibió la noticia de que un familiar sumaba ocho días con los síntomas, por lo que decidió acudir hasta su residencia para examinarlo.
«Durante el examen verifiqué que presentaba un cuadro clínico sospechoso de COVID-19. A su vez me refería que padecía dolor y sensación de opresión en el pecho por lo que procedo a tratarlo. Ilusamente, decidimos llevarlo a los centros de salud que han sido señalados como puntos de atención para dicho virus para que fuera evaluado y realizaran por lo menos una prueba rápida», narró Quintero.
En primera instancia, acudieron al CDI de Propatria, donde desde la reja un funcionario de la milicia le indicó que allí se encontraban pacientes contagiados, no contaban con pruebas, ni tenía idea de dónde podría conseguirlas.
«Nos recomendó trasladarnos al CDI de la Ciudadela por lo que procedimos a ir hacia allá. Al llegar, me identifiqué como personal de salud y me atendió un médico de nacionalidad cubana, quien me aconsejó que siguiera tratándolo de manera domiciliaria, puesto que allí no había ninguna prueba y que en toda la zona estaban agotadas», continuó.
En un tercer intento, se trasladaron hasta el Hospital General Dr. José Gregorio Hernández, también conocido como Los Magallanes de Catia, donde un colega le dio la misma respuesta.
«No tenemos pruebas rápidas, sin una hematología y placa no podemos evaluarlo y solo hay pruebas PCR destinadas únicamente a los hospitalizados», dijo.
Como último intento, fueron hasta el Hospital General de Lídice Dr. Jesús Yerena, donde según Quintero, la situación «era peor».
«Me identifiqué nuevamente como personal de salud y un guardia de manera muy amable me informó que no atendían a nadie pues acababan de fallecer unos pacientes (no mencionó la causa de muerte de los mismos) pero que todo estaba contaminado y que tampoco habían pruebas«, fue la respuesta que obtuvieron.
Luego del largo recorrido, Quintero describió la crítica situación con «impotencia», «dolor y frustración» por las precariedades existentes en el sector sanitario, agudizadas con la llegada de la pandemia por coronavirus.
«La realidad es peor de lo que me imaginaba. Actualmente laboro en el área privada de salud y noté como los médicos con los que interactué durante mi recorrido no contaban con los equipos. (…) Mi familiar por lo menos cuenta con mi apoyo y atención pero ¿cuántos venezolanos hoy en día se sienten mal y quién los atiende?», concluyó Quintero.
Hoy quiero compartir la experiencia que viví este #03Ago durante la pandemia que estamos atravesando
Soy médico graduada en la escuela Razetti de la UCV en el año 96. Ayer me enteré de que un familiar presentaba síntomas de #COVID_19 desde hace 8 días#AbroHilo
— Yanitza Quintero (@QuinteroYanitza) August 3, 2020
Redacción Maduradas