Capriles, en esta extensa entrevista con Clarín en su despacho de la caraqueña calle Río de Janeiro en Bello Monte, sostiene que había razones ocultas para esa negativa. Y las fundamenta en la deuda de unos 12.000 millones de dólares por ventas de energía y préstamos del gobierno chavista que Argentina mantiene impaga con su país y cuyo cumplimiento él, en cambio, exigiría.
El gobernador de Miranda y ex candidato presidencial, Henrique Capriles, es un político socialdemócrata de Venezuela que se ha convertido en el mayor líder opositor de su país. Aunque las encuestas lo daban ganador, en abril pasado perdió por apenas 1,4% las presidenciales frente a Nicolás Maduro y denunció fraude. Su pedido de un recuento de los votos fue apoyado por un puñado de presidentes de la región, incluyendo la brasileña Dilma Rousseff. Pero quien se manifestó firmemente en contra fue la argentina Cristina Kirchner.
-En la campaña presidencial de abril usted dijo que la Argentina debía a Venezuela 12.000 millones de dólares. El canciller argentino lo negó diciendo que era una chicana electoral, pero luego el embajador argentino Carlos Cheppi reconoció que había una deuda ¿Cuál es la situación? ¿Mantiene lo que dijo anteriormente?
–Sí, lo mantengo e insisto pero nadie sabe cuánto es el monto oficial real de esa deuda. La información que manejo de mis fuentes en el gobierno venezolano es que la deuda de Argentina ronda esa cifra, 12.000 millones de dólares.
-¿Cómo se compone?
–Incluye las entregas de petróleo de PDVSA, también los 5.000 millones de dólares que prestó el ex presidente Hugo Chávez a Argentina para refinanciar su deuda externa, entre otros conceptos.
–¿Qué debería hacer el gobierno argentino?
— Hay un señalamiento concreto y directo: el gobierno argentino debería aclarar cuánto es el monto de esa deuda. Yo lo planteo para que se abra un debate para saber la verdad. Las cuentas por cobrar del gobierno venezolano son una caja negra. Nadie sabe, oficialmente, por ejemplo, cuánto nos debe Nicaragua.
–¿Cuál ha sido la actitud de la presidente argentina?
–Cuando se hizo la reunión de Unasur después de las elecciones del 14 de abril, la mayor parte de los presidentes de Colombia, Brasil, Uruguay en la reunión de Lima estaban de acuerdo con el recuento de los votos. Pero la posición más radical contra esa auditoría, y a favor de que Maduro había ganado, fue la de Cristina de Kirchner.
-¿Por qué cree que Cristina Kirchner defendió a Maduro y rechazó el recuento de votos?
–Por lo que le debe a Venezuela. Yo soy el que pregunta cuánto nos deben …
–¿Dice que Cristina favoreció a Maduro para no pagar la deuda con Venezuela?
–Por supuesto. Yo he dicho que cada bolívar que se le deba a Venezuela yo lo voy a cobrar. Detrás de esto hay lealtad con el gobierno de Maduro. Por eso la primera en no querer que se hiciera una auditoría de los votos era la presidenta Kirchner. Ella quería que aceptaran los resultados que dijo el gobierno.
–El ex embajador argentino en Caracas, Eduardo Sadous, habló de zonas oscuras, de negocios por debajo de la mesa entre Caracas y Buenos Aires ¿Qué sabe usted del tema?
–Nada absolutamente. Pero ahí está el escándalo del maletín de los 800.000 dólares de Antonini Wilson. En eso hay toda una historia de corrupción. Pero nunca hubo respuesta oficial ni acá ni allá.
-¿Tiene algún vínculo con políticos argentinos como se afirma aquí con los alcaldes opositores Mauricio Macri o Sergio Massa?
–No conozco personalmente a Macri. He recibido cartas de él, de que quería venir a visitarnos. He visto twitters de Macri. En cuanto a Massa, en esos días que ganó una diputación yo puse un twitt felicitándolo porque aquí lo llaman “el Capriles argentino”. Pero de Argentina sólo conozco personalmente al gobernador Daniel Scioli y eso fue hace 10 años en una conferencia que participamos juntos y compartimos mesa.
–¿Le sorprende que, mientras Cuba impulsa una apertura, Venezuela o Argentina se cierren?
–Absolutamente. Se está aplicando un modelo que ha fracasado en todas partes. Yo además soy contrario a los proyectos hegemónicos y a estos gobiernos que cambian las reglas para ver cómo se eternizan en el poder. En el caso de Argentina, se lo he dicho a los argentinos con los que he hablado; peronistas incluidos, además.
SuNoticiero/ElClarín