Reinaldo Gómez, directivo de la cooperativa Cecosesola, fabricante de ataúdes en la región, declaró que los afecta la escasez de materia prima para elaborar las urnas. La falta de láminas de aluminio, representa el mayor problema, situación que viene sucediendo desde el mes de noviembre del año pasado.
El taller del Centro Cooperativo Nacional de Venezuela, aliado a Cecosesola, con sede en la Zona Industrial I de Barquisimeto, paralizó sus jornadas hasta tanto superen dicha escasez. Una lámina, dijo, tenía un costo de 240 bolívares y, desde que escasea en el mercado, su precio se ubica en 1.014 bolívares. Es decir, inevitablemente está ocurriendo un incremento en la venta de atúdes, de lo contrario, trabajarían a pérdida.
De allí que una urna pase de 2.500 bolívares a 4.500 bolívares. “Nosotros hacemos un esfuerzo por rendir el material, pero es necesario que el Gobierno nos garantice la materia prima para trabajar”, reseñó el diario El Impulso en su portal.
Con respecto a la regulación de los servicios funerarios no hacen observaciones negativas, no obstante, consideran que el suministro de la materia prima no debe faltar, sobre todo, tratándose de un servicio que se facilita en momentos de profundo dolor por la pérdida de seres queridos.
Sin cemento para las fosas
Por otro lado, persiste la falta de cemento para las fosas en los cementerios de la ciudad. En días recientes, José Gregorio Mendoza, director de los cementerios municipales de Iribarren, declaró que se necesitan cerca de mil sacos de cemento al mes. ”Ojalá la empresa Cemex nos asegure la dotación mensual de cemento para que podamos construir las fosas sin ningún inconveniente y así las familias estén tranquilas”, dijo.
Mendoza menciona otra situación delicada y tiene que ver con la seguridad de los camposantos. Informó que adelantan reuniones con los cuerpos policiales a objeto de que brinden patrullajes dentro de las instalaciones y sus alrededores. En este sentido, indicó que la primera medida de seguridad será identificar a cada uno de los trabajadores del camposanto para así evitar que personas extrañas representen un peligro para los dolientes que acuden a visitar las tumbas.
Asimismo, está previsto inaugurar próximamente un centro de cremación en el cementerio que se ubica en la avenida Florencio Jiménez de la vía Quíbor, hacia el oeste de la ciudad.