El presidente Nicolás Maduro tiene una obsesión fatal, pero realmente fatal, con las verduras de gran tamaño, especialmente con aquellas que tienen forma de… falo. En sus alocuciones, y sin ningún pudor por evitar el doble sentido (o el chinazo, mejor dicho), ha mostrado y manoseado con mucho orgullo ñames, yucas, pepinos y zanahorias gigantes.
Composición Maduradas. Fotos: Maduro con auyama / captura de video – Capriles / EFE
Este 22 de diciembre encabezó un acto de Misión Vivienda en Ciudad Caribia, a cuyos residentes intentaba convencer de las bondades del cultivo y de la importancia de sembrar sus propios alimentos, así como también de criar vacas y gallinas ponedoras, como lo hacen él y su esposa, Cilia Flores.
Una vez que terminó su «lección de agronomía» (nótese la ironía, por favor), una vecina del urbanismo le mostró al mandatario una auyama gigante, como para hacerle ver que se dedicaba al cultivo y seguía el ejemplo presidencial de la siembra…
Con esto, se la puso bombita a Maduro, quien se empezó a reír y acto seguido tomó la auyamota entre sus manos y la mostró ante las cámaras. Como era de esperarse, mientras se regodeaba manoseando el tremendo ejemplar, recordó a esos adversarios que tanto lo obsesionan y no desaprovechó el momento para hacer un comentario de esos a los que ya nos tiene acostumbrados:
«Miren, la auyama me que me trajeron (…) ¿A quién se la enviamos? ¿A Capriloca? [la gente gritaba ‘nooooo’]. ¿Al viejo loco? [la gente coreaba ‘noooooo’]. ¿A Julio Borges? [y sus seguidores insistían: ‘nooooo’] ¿No? Bueno, me la llevo, para hacer una sopa de auyama buenísima… Porque yo soy el que cocina en la casa«.
Por supuesto, con lo de «Capriloca» se refería al gobernador de Miranda, Henrique Capriles, y con «viejo loco», al presidente de la Asamblea Nacional, diputado Henry Ramos Allup. Todo un prodigio de jefe de Estado es este, ¿no?
No conforme con semejante despropósito, Maduro aseguró, ante la monumental verdura que tenía entre manos, que el año 2017 sería próspero: «Lo juro por esta auyama», zanjó.
Redacción Maduradas
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