El secretario de Estado, Mike Pompeo, no ve con buenos ojos que ciudadanos de EE. UU. hagan «diplomacia independiente con Caracas», según reveló el principal negociador del Departamento de Estado para la crisis en Venezuela.
Jorge Saenz/ AFP
«Siempre me preocupa cuando cualquier estadounidense va a Caracas y habla con los funcionarios del régimen, porque siempre existe la posibilidad de un malentendido», dijo Elliott Abrams, el representante especial de Venezuela, al Washington Examiner. «Entonces, no nos gusta».
Abrams hizo sus comentarios luego de que Erik Prince, el ex CEO de Blackwater y hermano de la Secretaria de Educación, Betsy DeVos, sostuvo conversaciones secretas con un funcionario venezolano en noviembre y de que se revelara que Rudy Giuliani tuvo una llamada telefónica privada Nicolás Maduro.
«No ha habido enviados estadounidenses oficiales o extraoficiales a Caracas, por lo tanto, cualquier mensaje que puedan llevar esas personas representa solo sus propios puntos de vista y no representan al gobierno de los Estados Unidos», dijo Abrams. «Y creo que el pueblo de Venezuela lo sabe».
Prince, de 50 años, se reunió con el principal lugarteniente de Maduro en noviembre para presionar por la liberación de los «6 de Citgo», un grupo de ejecutivos petroleros estadounidenses que fueron retenidos sin juicio desde que los funcionarios del régimen de Maduro los capturaran por supuestos cargos de corrupción en 2017.
Prince, un ex SEAL de la Marina quien -según se divulgó– propuso un plan para usar un ejército privado para derrocar a Maduro la primavera pasada, informó a un funcionario de la administración de sus planes antes de emprender el viaje, dijo un funcionario al Washington Examiner.
Mientras que la llamada telefónica de Giuliani tuvo lugar en 2018, en coordinación con el entonces representante de Texas, Pete Sessions, un republicano que ayudó a Giuliani a convencer al presidente Trump de expulsar a Marie Yovanovitch, la embajadora de Estados Unidos en Ucrania.
A pesar de sus preocupaciones, Abrams no cree que las fichas de poder en Venezuela vean a Giuliani o Prince como centros alternativos de poder diplomático en la administración de Trump.
«Creo que todos reconocen que cualquier mensaje que hayan escuchado, del Sr. Giuliani o el Sr. Prince representa sus puntos de vista, pero no representa la política estadounidense», acotó Abrams.
Redacción Maduradas con información de Washington Examiner
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