La presidenta Dilma Rousseff sabe que Venezuela es un desastre y que el modelo bolivariano no sirve, pero no se atreve a decirlo, dijo Henrique Capriles en un reportaje con el diario brasileño Folha de S. Paulo.
«La presidente Dilma [Rousseff] no se atreve a decirlo, pero ella sabe que esto aquí es un desastre y que el modelo venezolano no sirve», dijo Capriles al corresponsal de Folha en Caracas Samy Arghini.
«Siento que Brasil está muy cerca y al mismo tiempo muy lejos», agregó Capriles, quien manifestó que el presidente Nicolás Maduro debe salir del poder pero siempre en base al cumplimiento de las leyes y la Constitución.
Capriles fue enfático en manifestar que Maduro debe salir del poder de forma legal ante la crisis que vive el país petrolero, que se manifiesta en una elevada inflación, desabastecimiento crónico de bienes de primera necesidad, y una exacerbación de la violencia pública.
«El gobierno debe salir de manera constitucional. Las elecciones parlamentarias están cerca (en diciembre). Después habrá posibilidad de un referendo revocatorio [del mandato de Maduro]. La Constitución da varios caminos. Fuera de la Constitución, no acepto nada», dijo Capriles.
Agregó que «dudo que el gobierno brasileño me considere golpista» e indicó que nunca le agradaron las interferencias del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en favor del chavismo.
«A mí nunca me gustó ver a Lula haciendo campaña en Venezuela. Se vio mal. Lula merece cosas mejores. Digo esto porque entiendo que él quiere volver a ser presidente», indicó Capriles.
Brasil ha tenido en los últimos años una relación muy próxima con el gobierno venezolano, y mantiene con Venezuela un robusto superávit comercial. En los últimos meses, a medida que aumentó el deterioro de la economía venezolana, Brasil ha buscado discretamente impulsar un diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición y al mismo tiempo que Venezuela pague cuantiosas deudas con sus exportadores.
El dirigente opositor consideró que en Venezuela, «lo peor está por venir» ya que el país aún no sintió de lleno la caída de los precios del petróleo. «Sentiremos el impacto en marzo», aseveró.